Max Steiner, Ennio Morricone, Nino Rota, Bernard Herrmann, James Horner, Gustavo Santaolalla figuran entre los grandes nombres de los compositores cuyo legado es el culpable de que no podamos entender el cine sin música. Las composiciones que forman parte de las bandas sonoras permiten al espectador conectarse con sus emociones.
Un compositor que ha hecho historia también es John Barry. Cinco veces ganador del Óscar por dramas de época es también el hombre que dio musicalización a once películas de James Bond, pero por las cuales no logró ninguna estatuilla dorada; con las que sí lo logró fueron Nacida libre (1966, dos premios junto con Don Black), El león en el invierno (1968), África mía (1985) y Danza con lobos (1990). Al final de su vida compuso la música de más de 90 filmes.

John Barry nació en York (Inglaterra) en 1933 y era el menor de tres hermanos. Su padre, Jack, era dueño de varios cines locales y, a la edad de catorce años, Barry ya trabajaba con su papá. Como se crio en un ambiente cinematográfico, pronto comenzó a asimilar la música que acompañaba las películas que veía todas las noches hasta un punto en el que, incluso antes de dejar la escuela St. Peters, decidió convertirse en compositor de bandas sonoras. Con la ayuda de lecciones impartidas localmente en piano y trompeta, seguidas de la teoría más rigurosa impartida por tutores tan diversos como Francis Jackson de York Minster y William Russo, pronto se preparó para embarcarse en la carrera que eligió. Una estancia de tres años en el ejército como músico de banda combinada con sus temporadas nocturnas con bandas de jazz locales le dio la idea de crear The John Barry Seven, una pequeña banda. Barry y sus compañeros impulsaron la agrupación logrando el éxito durante 1957, por lo que ficharon para ganar un contrato de grabación con el sello musical EMI.

Fue Beat Girl (1959) la primera oportunidad para componer para un filme. Luego de sus sensacionales arreglos de la música de Monty Norman para Dr. No (1962), Barry pronto se convirtió en el compositor soñado de los productores de Bond y durante los siguientes 25 años trabajó en la mayoría de las películas de 007, tanto que se acuñó el término ‘sonido Bond' en la cultura del cine.

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Versátil y prolífico, Barry a veces escribía siete partituras en un año, su estilo característico era una mezcla dinámica de metales vigorosos, jazz seductor, cadencias militares intensas, cambios de clave sorprendentes y melodías conmovedoras y elegantes para las cuerdas. Lo confirman los filmes: Chaplin (1992), María, reina de Escocia (1971), La letra escarlata (1995), Cowboy de medianoche (1969), El abismo negro (1979), Abismo (1977), King Kong (1976), entre otros. “Me gusta anotar los sentimientos internos de un personaje: ponerme en sus zapatos de una manera imaginativa y llevar a la audiencia allí e iluminarlos de una manera poética más que realista”, dijo a The New York Times en 2000.

De allí que pocos compositores de finales del siglo XX disfrutaron de tanto éxito popular o influencia mundial. Su arte le valió otros cuatro premios Grammy, y otros honores que van desde el Globo de Oro hasta el premio Anthony Asquith de Gran Bretaña.

John Barry se casó cuatro veces. Sus primeros tres matrimonios: con Barbara Pickard (1959–63), Jane Birkin (1965–68) y Jane Sidey (1969–78) terminaron en divorcio. Su última esposa fue Laurie, desde enero de 1978 hasta 2011, año en que falleció el compositor a causa de un ataque al corazón. Tuvo cuatro hijos en total.

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El efecto 007 del compositor
Después de ser bautizado como “agente musical especial”, Barry pasó a componer la banda sonora de De Rusia con amor (1963), James Bond contra Goldfinger (1964), Operación trueno (1965), Solo se vive dos veces (1967), 007 al servicio secreto de su majestad (1969), Los diamantes son para siempre (1971), El hombre de la pistola de oro (1974), Misión espacial (1979); Octopussy, 007 contra las chicas mortales (1983), 007 en la mira de los asesinos (1985) y 007: Su nombre es peligro (1987).

Por la musicalización de estos filmes fue considerado un compositor de acción, pero Barry comenzó a deshacerse de esa etiqueta con varias partituras ricamente románticas en los años 70 y 80. “Si bien todos sabían que James Bond iba a ganar, yo decía sé el héroe y terminarás con la chica. La música aún tenía que creer que podría no ganar y llevar a la audiencia a través de ese proceso”, dijo Barry a la revista Variety en su sitio web. (A. C. J.)