¿Conducir o ser conducido? Es la premisa que los grandes fabricantes de vehículos vienen planteándose desde hace algunos años, aunque debido a la falta de nuevas normativas de conducción para esta tecnología y por la pandemia, el asunto ha quedado paralizado, un poco.

Imagine un carro circulando por la carretera a 100 km/h mientras el conductor lee una revista, un periódico, envía mensajes por celular o laptop. Las compañías de vehículos están muy interesadas en implementar la conducción conectada y automatizada (CCA) en sus carros, como es el caso de BMW cuando anunció su modelo eléctrico iNext para el 2021. Sin embargo, la expectativa de un futuro en el que los vehículos circularán sin conductor se ha lentificado, y no solo en la empresa alemana.

Los componentes existentes en algunos modelos de vehículos de varias firmas ya han realizado un desarrollo muy vertiginoso. Por ejemplo, sensores de asistencia al conductor que avisan cuando el chofer se cambia erróneamente de carril, que frenan cuando se encuentran un obstáculo; la idea es reducir las emisiones nocivas procedentes del transporte, los atascos y disminuir las tasas de accidentes en un gran porcentaje tal como lo indica un estudio de Bosch y RACC (Real Automóvil Club de Cataluña, un club de automovilistas), la frenada automática podría evitar más de 270 muertes al año en España.

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Pero según algunas leyes vigentes como el Convenio de Viena sobre la circulación vial de 1968, quien maneja debe mantener el control de su automóvil en todo momento. De allí que se piensa en implementar la posibilidad de permitir la conducción automatizada, siempre que el conductor pueda anularla o desactivarla. De esto y otros aspectos también dependen las regulaciones con el fin de adaptarse al desarrollo de esta tecnología, como es el caso de las aseguradoras, la educación vial. Lo que sí está más claro es que de a poco está llegando una nueva forma de conducción que revolucionará la manera de entender la movilidad y el sector automotor.

La idea es que la CCA esté en todo el carro: sistema de propulsión, frenos, dirección, instrumentos de visualización, navegación, conectividad dentro y fuera. Pero los desarrolladores de estos avances saben que el carro autónomo no garantizará en el 99 % de las situaciones más seguridad que un conductor que respete en todo momento las señales de tránsito. El experto alemán Stefan Bratzel dice que el 1 % restante “es un problema”.

“Por ejemplo, un carro parado en una curva de la carretera cuando hay niebla”, cita el portavoz de BMW, Bernhard Ederer para DPA.

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En un centro de investigación cerca de Múnich, 1.300 expertos de BMW, Intel, FiatChrysler y Mobileye están trabajando en el nuevo kit de tecnología que incorporará el iNext: con radar, tecnología de sensores láser, mejores cámaras y computadoras más poderosas. Pero llegado el momento de conducir, “el conductor es el único responsable”, asevera Ederer.

En lo que se refiere a la CCA, el profesor Bratzel considera que Waymo, desarrolladora de vehículos autónomos perteneciente a Google, ha demostrado su liderazgo con su servicio de taxis autónomos en Phoenix, Arizona. En tanto que el jefe de Audi, Markus Duesmann, opina que hay otra empresa estadounidense que encabeza la lista en cuanto a producción en serie de carros autónomos: “Tesla lleva una ventaja de dos años en lo que se refiere a ordenadores, arquitectura de software y conducción automatizada”.

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Algunos países se están tomando cada vez más en serio la aplicación de la CCA, como es el caso de la Unión Europea, donde se informó que para el 2025 se implementará la CCA en todas las zonas urbanas, carreteras y vías férreas principales que cuenten con cobertura 5G ininterrumpida.

Regulaciones de la ONU desde enero de 2021
Si bien la creación de vehículos totalmente autónomos debería ser una realidad en los próximos años, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) firmó un nuevo reglamento que representa el primer paso normativo hacia un sistema de conducción automatizado que entrará en vigor desde 2021.

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La nueva regulación de la ONU ha sido firmada por más de 50 países. El objetivo es establecer una serie de requisitos uniformes para los Sistemas Automáticos de Mantenimiento de Carril (ALKS, por sus siglas en inglés), es decir, aquellos vehículos que dispongan de sistemas de conducción automática de nivel 3.
No hay que confundirlos con los autos autónomos, pues aún no existe ninguno -solo prototipos- que se conduzca de forma 100 % autónoma.

Entre las reglamentaciones se establece que el sistema de conducción autónomo solo se podrá activar en aquellas vías donde la circulación de peatones y ciclistas esté prohibida y que este tipo de conducción no podrá superar los 60 km/h de velocidad máxima.

Otra de las restricciones que deberán cumplir estos vehículos es que las pantallas a bordo se desconecten automáticamente cuando el conductor vuelva a tomar el control del carro. También obliga a implementar una caja negra, como la de los aviones. Vea el documento completo en unece.org. (I)