Pocos actores de la diplomacia mundial han jugado un papel tan determinante en el entendimiento de la política internacional y en la conducción de la política exterior de los Estados Unidos como Henry Kissinger. Con pocas interrupciones, su participación en el servicio público de los Estados Unidos comienza en la presidencia de Kennedy en 1961 y se prolonga hasta el fin de la presidencia de Gerald Ford en 1977. Sin embargo, su influencia no ha cesado.

















