Los amantes de la naturaleza podrían pensar que acampar en medio de las montañas es una experiencia fantástica de contacto intenso con la Pachamama. Y posiblemente lo sea, si no fuera porque parte del combo ambiental viene acompañado de frío intenso, lluvia, granizo, ausencia de baterías sanitarias, soroche, dificultad para dormir y demás detalles que podrían quitarle el entusiasmo a cualquier pachahijo.