Ha hecho películas independientes, películas de arte y éxitos de taquilla. Eva Green ha sido consistentemente impresionante desde su debut en la pantalla en Los soñadores (The dreamers, 2003) en la que dio vida a la erótica Isabelle, en La brújula dorada (2007) se metió en la piel de la bruja Serafina, en la nueva versión de Dumbo (2019) es la trapecista Colette, ha sido chica Bond (Casino Royale, 2006), en 300: el origen de un imperio (2014) dio vida a una despiadada y traumatizada Artemisia, en la serie de televisión Penny Dreadful encarna a la vidente Vanessa Ives. En fin, si hay un papel para una mujer complicada que puede tener un lado asesino o un lado sobrenatural, o ambos, entonces Green está en la parte superior de la lista.

Los soñadores (2003)

Admiradora de Tim Burton, la actriz francesa afirma que le atraen los personajes complejos, como el de la astronauta en la película Prometo volver (Proxima), en la que da vida a una mujer que, para cumplir su anhelo profesional, debe abandonar a su hija Stella (Zélie Boulant). “Me enamoré de la idea de esta mujer que se debate entre perseguir su sueño o dejar a su hija. Siempre es interesante para un actor enfrentar un conflicto. Me gusta lo difícil”, dijo a la AFP.

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Sobre la directora del filme, la francesa Alice Winocour, quien se llevó cuatro premios el año pasado en el festival de cine de San Sebastián, la actriz dijo: “Es muy exigente y te empuja fuera de tu zona de confort, y eso es algo que me agrada, me gusta traspasar mis límites”.

Para su papel, Green se sometió a un riguroso entrenamiento físico y estudió sobre el espacio para convertirse en Sarah, una astronauta francesa que entrena en la Agencia Espacial Europea en Colonia. “Tuve que desarrollar los músculos porque las mujeres astronautas deben tener espaldas fuertes para poder vestir los muy pesados trajes espaciales. Me doy cuenta de lo difícil que es (ser astronauta), porque los dramas espaciales suelen idealizar los viajes, pero ir al espacio es muy duro para el cuerpo, uno debe estar un poco loco, aunque en un sentido positivo, porque se hace con finalidad científica”, explicó.

Prometo volver (2019)

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Más personal
Nacida en París, es hija de Walter, de origen sueco, y de Marlène Jobert, de ascendencia judía argelina y sefardí francesa. Él es dentista; su madre, una actriz festejada en Francia por su trabajo con Louis Malle y Jean-Luc Godard.

Prometo volver se enfoca en las relaciones humanas más que en efectos especiales. Recrea cómo se va agrietando la relación entre madre e hija. “Es una película fantástica porque toma una postura feminista, mostrar una mujer astronauta es muy poderoso, una mujer que compite en un ambiente masculino, donde claro está tiene que trabajar y entrenar más fuerte solo para ser considerada como una igual”, dijo Green.

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300: el origen de un imperio (2014).

Pero más allá de sus papeles, Eva Green ha dejado en claro que, a sus 40 años, se retirará muy pronto. Quiere una vida más tranquila. “Quiero comprar una granja. Quizás en Gales (está radicada en Londres), me encanta Gales, o Irlanda sería mi sueño absoluto. Entonces, sí, estoy buscado y tomando cursos de agricultura en línea. Quiero aprender sobre permacultura. Es muy interesante, muy ecológico, deberían enseñarlo en la escuela. Necesito encontrar una forma inteligente de ganar dinero, aunque no quiero matar cerdos ni nada por el estilo. Amo a los cerdos, son incluso más inteligentes que los perros, aunque no tan lindos…”, dijo a Vogue.

A través de la historia de Sarah, la escritora y directora francesa Alice Winocour explora el lado oscuro de los viajes espaciales, no los asombrosos descubrimientos que aún se deben hacer entre las estrellas, sino la vida, las personas y las cosas que los astronautas, en su exploración de lo desconocido, dejan atrás.

Eva Green, Zélie Boulant (centro) y la directora de Prometo volver, Alice Winocour.

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La violencia de alejarse del tirón gravitacional de la Tierra encuentra un extraño eco en el trauma de Sarah al arrancar a su hija, pero el poder bruto del cohete espacial también se refleja en el impulso de esta madre y en su determinación de no dejar que la culpa la afecte. “Realmente me encantó el hecho de que estaba ocurriendo en el mundo de los astronautas, que es un universo que no conocía en absoluto. Sabía que esta película me daría la oportunidad de descubrirla, pero con respecto a los viajes espaciales, soy alguien que sufre de vértigo en la vida real, ¡así que no es algo que busco! En realidad, esta película me dio la oportunidad de darme cuenta de lo valientes que son los astronautas. Son como superhéroes: están listos para sacrificarse por la ciencia, van más allá de sus propios límites, tienen increíbles habilidades físicas e intelectuales”.

El filme también refleja el conflicto interno de una madre que supone abandonar a su familia o seguir con su carrera. “La historia se hace eco de la realidad de muchas mujeres. No sé si la película da una respuesta sobre cómo hacerlo todo, pero su mensaje es definitivamente uno que busca alentar a las mujeres a perseguir sus sueños, incluso si eso significa ir en contra de las convenciones y las expectativas sociales. Ser astronauta y tener hijos al mismo tiempo son cosas muy difíciles de conciliar; necesitas un apoyo muy fuerte de tu familia. La carga de la culpa está muy presente en la película, y estoy segura de que los hombres también la experimentan, pero hay algo casi animal y primordial para las mujeres. Es difícil no estar preocupada todo el tiempo”.

Mientras se somete a las pruebas más exigentes, Sarah debe ir haciéndose a la idea de que tendrá que abandonar a su hija si de verdad quiere alcanzar uno de sus propósitos que es ir al espacio. En la película, filmada en locaciones reales de entrenamiento de astronautas, Sarah es seleccionada para integrar la tripulación de una misión, que pasará un año en la Estación Espacial Internacional en preparación para un viaje a Marte. “No podría usar ninguna de las máquinas que te hacen girar, eso es una verdadera fobia. Así que no fui a la centrífuga, pero tuve algunas sesiones de entrenamiento con personas reales de la estación de entrenamiento rusa, y eso fue muy muy difícil, porque no sabía nada de nada de eso. En Colonia, por ejemplo, los astronautas y entrenadores nos explicaron algunas de las maniobras que hacen, y no soy alguien que sea bueno para pensar de manera lógica o matemática como esta. No sé cómo lo hacen. Son muy fuertes físicamente y tienen la fuerza mental de los guerreros”, contó a The Guardian.

Las luminarias.

Durante el entrenamiento, Eva conoció a los astronautas Samantha Cristoforetti, Thomas Pesquet, Luca Parmitano. “Fue un verdadero honor estar y hablar un poco con ellos. Te hace dar cuenta de lo apasionados que son con sus trabajos”.

La más reciente aparición de Green en la pantalla chica es en la lujosa adaptación de la BBC de la novela Las luminarias (The Luminaries), de Eleanor Catton. La actriz interpreta a una señora del burdel Lydia Wells: “Una mujer manipuladora, muy ambiciosa y hambrienta de poder. Pero descubres los huecos en la armadura un poco más tarde, lo que me gusta en los personajes”, comentó Eva a la BBC.

Prometo volver, cuyo elenco también incluye a Matt Dillon y Lars Eidinger, está disponible en ciertas salas de cine en Ecuador. (A. C. J.)