El crítico Harold Bloom (1930-2019) tituló así, La invención de lo humano, el gran libro sobre quien para él fue la encarnación máxima de la expresión artística en la dramaturgia, sin olvidar también la poesía. William Shakespeare resucita diariamente en algún escenario del mundo después de más de cuatro siglos de obras maestras, donde los grandes dramas se alternaban con la comedia, la sátira y las más críticas visiones sobre las injusticias de la sociedad que le tocó vivir. Este viernes 27 de marzo se conmemora el Día Internacional del Teatro en un escenario global sacudido por una pandemia que ha obligado a cerrar los teatros. Esto también lo vivió Shakespeare en su tiempo, lo que Fernando Balseca recuerda en su reportaje, trayéndonos el marco histórico de una época después de la Edad Media, donde el genio de Stratford-on-Avon llevó una luz redentora a un pueblo infestado de las más abyectas miserias y conflictos bélicos. Su arte es, literalmente, inmortal.