Un informe elaborado por Eromitor Internacional dio a conocer los hábitos de ducha que tienen a diario varios países. En el mismo se descubrió que un grupo de personas han ido desterrando este paso de su cotidianidad.

Huffington Post reseña que de acuerdo con el informe el 71,4% de los españoles se duchan a diario, mientras que en Australia es el 65,8%, Francia (63,4%), Japón (57,5%) y Norteamérica (57,4%). En el primer grupo existe diferencias en la edad y sexo. "Así, los jóvenes de entre 15 y 29 años son los que más se duchan a diario (79,4%), frente a un 74,4% de las personas entre los 45 y los 59 años. Dentro de los jóvenes, son los hombres quienes se duchan más todos los días (84%) mientras que de las mujeres lo hace un 76,3%", reseña la publicación.

La experta en enfermedades infecciosas de la Universidad de Columbia, Elaine Larson, señala que bañarse todos los días podría aumentar el riesgo de infecciones. Y es que ducharse excesivamente puede reducir la hidratación de la piel, lo que causa resequedad y agrietamiento, lo que permite la entrada de gérmenes, según la especialista.

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En cambio, Brandon Mitchell, profesor asistente de dermatología en la Universidad George Washington, también de EE.UU., agrega que el lavado de la piel puede afectar sus aceites naturales, pueden alterar las bacterias ‘buenas’ que apoyan el sistema inmune de las personas. Según Mitchell, bañarse solo una o dos veces por semana suele ser suficiente para la mayoría, y agrega: “No es necesario ducharse todos los días”.

Este no es el único motivo por el que se está tomando esta decisión, también se lo hace por ecología, según reseña Diario El País. En décadas pasadas, el darse una ducha era un sinónimo de lujo porque en muchos hogares no existía un cuarto de baño.

En una entrevista con el rotativo español, la dermátologa Yolanda Gilaberte explicó que células llamadas queratinocitos forman una epidermis que junto a un manto lipídico forman una capa externa de piel. "Si la suciedad es mala y propicia la transmisión de infecciones, la sobrehigiene, tan propia del Estado de bienestar, cuenta ya con su lista de enfermedades estrechamente relacionadas con este afán de limpieza", indicó.

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Los profesionales apuntan que el agua no sería el problema sino más bien los otros implementos como el jabón y gel, así como una temperatura de agua templada y no caliente. Mitchell recomienda que las personas no enjabonen todo su cuerpo sino que se concentren en las áreas malolientes, como las axilas o los pies. En tanto que puede ser diferente para quienes sufren ciertas enfermedades que requieren más o menos aseo de este tipo. (I)