Imaginar que se puede reutilizar un vestido que ha sido clave en un evento tan importante es poco habitual.

Estamos hablando de vestirlo por partes, de hacerlo funcionar con looks casuales, de darle un nuevo sentido a la adquisición de esta prenda tan única y a la vez versátil según la corriente del diseño circular.

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Entrevistamos a Beatriz Vela, diseñadora española que ha empezado con su marca hace un año aproximadamente, con la intención de insertar un nuevo concepto en la moda nupcial, al menos en Europa. Según lo que Vela nos cuenta, la tendencia surgió en Australia y se ha popularizado a la par de la corriente de vestidos de novia fast fashion creada por las grandes cadenas como Zara, H&M, ASOS, Topshop, que han propuesto diseños mucho más accesibles, pero con una calidad quizás no muy cuidada como se acostumbra ver en esta industria.

“Este concepto lo creé basándome en que el mundo de las novias era una de mis fascinaciones. Trabajé varios años en este rubro hasta que de pronto me di cuenta de que faltaba algo más en la oferta actual: la posibilidad de diseños sustentables”. indica Vela, quien además es especializada en historia del arte, algo que la ayuda a plasmar mejor aún sus diseños en bocetos y en las imágenes lúdicas y románticas que publica desde las redes sociales de su marca.

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No obstante, más allá de la ingeniosa idea está el mercado tradicional con el cual hay que lidiar. “Hasta la fecha no hay mucha demanda porque es un concepto nuevo, sin embargo, las que más consultan realmente son mujeres que van por sus segundas nupcias, mujeres que quizás están más ligadas al concepto de moda consciente o sustentable, así como también mujeres de más de 40 años que quieren aprovechar su vestido para otro tipo de eventos”.

Moda nupcial al estilo milenial

Si bien hablamos de nuevos conceptos para elegir el vestido del 'gran día', también es cierto que se escucha más a menudo la idea de reciclar vestidos, desde la compra en tiendas de segunda mano hasta la idea de crear un traje de novia de dos piezas, las cuales se puedan utilizar para ceremonia civil y eclesiástica.

En todo ello está el interés de ahorrar al comprar, pero también de aprovechar otro tipo de recursos como prendas en buen estado, así como materiales menos lujosos para la confección de los vestidos. Es sabido que incluso hay una gran cantidad de aplicaciones en las que se pueden adquirir vestidos usados pero impecables, así como también la idea de recuperar algún diseño vintage y adaptarlo a tiempos actuales.

Y es justo en medio de todo esto que surgen las propuestas de bajo costo de marcas antes mencionadas, que quizás contrastan con el concepto de reciclado o sustentabilidad. Para pensarlo, ¿no?

Diseño circular y valores

Beatriz Vela lleva poco tiempo en el mercado con su marca, sin embargo ha despertado mucha curiosidad con sus diseños, los cuales han sido expuestos en diversos eventos y ferias de la industria. A su vez ella nos cuenta entusiasmada cómo es que crea estas colecciones cápsula con pocas pero variadas creaciones: “Cada vestido está pensado para diversas ocasiones. De hecho, la idea sería que al menos se puedan utilizar las piezas en unas cinco ocasiones para que así se considere de vida útil la prenda, además de que se le vaya dando un estilo casual según cada clienta”.

Y sobre  la participación de las futuras novias, nos habla de un trabajo en equipo cuando recibe consultas. Le gusta integrar las ideas que le llegan de cada una de ellas, aunque también echa un vistazo rápido a lo que pasa en las tendencias. El valor de sus vestidos oscila entre los 400 y 1000 euros, teniendo en cuenta que será una prenda con varios usos y atemporal.