Colgar un cuadro no es difícil. En teoría. Pero hay que integrarlo al espacio. Y eso ya es más complicado. “Hay muchas cosas que se pueden hacer mal”, dice la diseñadora Katharina Semling. “Muchas veces a la gente le gustan determinadas imágenes y las cuelgan donde hay espacio. Pero eso en general no queda para nada bien”.