Pregunta: Tengo seis años de matrimonio, pero siento que ya no puedo más: yo soy profesional con un buen sueldo, cubro absolutamente todos los gastos del hogar. Mi esposo no tiene trabajo y por ahí busca algún cachuelo para aportar con algo de comida, pero no le alcanza para nada más. Si obtiene algún dinero lo oculta y lo gasta en cosas para él o para beber cada fin de semana. Anda pendiente de si dejo dinero en la casa, por eso no me puedo descuidar. No ayuda en las tareas de la casa y más bien ensucia, daña y pierde. Con él no hay ningún progreso, porque vive el día a día. Cuando se enoja, me grita e insulta y ha intentado agredirme físicamente, por lo cual ya lo denuncié hace dos meses. Mi hija adolescente –que no es de él– escucha y observa todo. Él quiso agredirla y yo lo amenacé con un cuchillo para que no le hiciera nada. Esto se salió de control. Mi hija no lo quiere ver en la casa. Él hasta entonces había sido el padre que ella nunca tuvo. Le dice papá. Me quiero divorciar y él dice que le dé unos cuantos miles de dólares y el carro y me firma.