“Van Gogh siempre me gustó. Pero admito que eso se debía en parte a que todo el mundo decía que tenía que gustarme. Siempre me pareció audaz, y pensaba que sus colores eran excelentes. Pero hasta que no empecé a pintar yo mismo no pude apreciar del todo su trabajo. Fue decisivo”, dijo Willem Dafoe, quien da vida a Vincent van Gogh en el filme Van Gogh, a las puertas de la eternidad, en un diálogo con La Vanguardia.

La película, dirigida por el estadounidense Julian Schnabel, trata de Van Gogh, quien se mudó en 1886 a Francia, donde vivió un tiempo conociendo a miembros de la vanguardia incluyendo a Paul Gauguin (Óscar Isaac). “Una época en la que pintó las obras maestras espectaculares que son reconocibles en todo el mundo hoy en día”, según www.filmaffinity.com.

De acuerdo con La Vanguardia, “el ya cuatro veces nominado al Óscar –por este filme entre otros– no tuvo que dar muchas vueltas ­para encontrar maestro, porque Schnable es pintor además de cineasta”. “Julián sabía que de ese modo yo tendría un conocimiento más profundo de lo que estábamos haciendo. Y eso tenía todo el sentido. Porque, en la cinta, Van Gogh pinta mucho. Así que lo ideal es que yo pintara de verdad”, señaló Dafoe, quien obtuvo el premio a mejor actor en el festival de cine de Venecia.

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“Una actuación potente, valiosa e inteligente de Dafoe, captura con competencia por Schnabel”, dijo Peter Bradshaw, a The Guardian.

“Es poco conmovedora a nivel emocional (...). Sumerge al espectador en la mente atormentada de su sujeto, gracias en gran parte a la intensidad febril que aporte Dafoe al papel”, señaló David Rooney, de The Hollywood Reporter. (E)