La serie Calle Amores ha sido transmitida de lunes a viernes a las 20:00 por TC Televisión desde inicios de febrero de este año. Se encuentra por los treinta episodios y tiene la promesa a cumplir de airar al menos cien. Es dirigida por Andrés Garzón y también se pueden ver los episodios pasados en el canal de YouTube del mencionado canal de televisión.

La chispa generadora de la historia viene de Macarena (Dora West), quien decide viajar para perseguir sus sueños de cantante, abandonando así su rol como esposa y madre. Pepe Solano (Christian Maquilón) es su pareja, y queda destruido después de ver una entrevista en la que ella anuncia al mundo que es soltera. Esto es hasta que él se enamora de su abogada, Ángela Fernández (Carolina Jaume), quien lo rescata de ciertos problemas legales y con quien estaba dispuesto a empezar una nueva vida justo en el momento en que Macarena decide regresar.

Ahora, hasta ahí, uno puede imaginarse que la novela está clarita: que Macarena es la egoísta encaprichada abandona familias que Pepe debe olvidar para siempre y Ángela la mujer maravillosa y abnegada que lo saca adelante cuando más lo necesita y por lo tanto quien será la mejor madre y cuya pureza es tan dulce que cuando canta atrae a los pajaritos para que le hagan las tareas domésticas, ¡pero no tan rápido! Con un nombre como “Macarena” seguro que Pepe la acepta de vuelta de una, por ser irresistiblemente persuasiva en su maldad y además la madre biológica de su hija. O sea con esos nombres es obvio que esa es la trama, ¿verdad?

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Excepto que no lo es. Lo que el guionista principal Fabrizio Aveiga nos prepara para estos personajes es algo más atípico. La distribución correcta entre egoísmos y buenas intenciones es donde está el gusto en este trío amoroso. Cuando otras series de este tipo tienen sus desgracias mucho más controladas por un villano siniestro y calculador, en Calle Amores los protagonistas son su propio mayor obstáculo, pues hay al menos una persona de más para que quepan todos en esta familia.

Ahora, que la pelea de los buenos sea donde está el pan y la fiesta no significa que no haya un villano que les manda desgracias, simplemente que estas suelen ser menos interesantes. Franco Malo es interpretado por Francisco Pinoargotti y es el antagonista principal de la serie. Hay muy buena química en sus escenas con Pepe y Macarena, en las que se siente la tenacidad en la agresión que esconde cada vez que pretende quererles ayudar mientras planea hundirlos. Ese peligro no se pueda palpar en las escenas donde se supone que es abiertamente intimidante. Por ejemplo, como las que tiene con sus nunca pagados matones que maltrata a medias, donde la emotividad se diluye y los diálogos no ayudan.

Hay momentos de comedia que se quedan insípidos, incluyendo casi todo lo que hace o dice Ney Calderón (que interpreta a Pocho Calle) que había tenido mejor suerte con los personajes en series pasadas. Las tomas no son nada que no hayamos visto antes, y la música cumple su función sin restar ni tampoco destacarse.

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Como veredicto final diré que es una alternativa para aquellos que les gusta un ambiente que es optimista a pesar de los percances, pero a menos de que algo cambie pronto, esta serie está prohibida para quienes necesitan del formato tradicional de buenos y malos. (O)