Pregunta: Necesito ayuda, estoy pasando por una depresión bastante fuerte por la separación de mi esposa después de 22 años de matrimonio. Un año después no puedo asimilarlo, y lo peor es que los recuerdos me ponen más triste y en la noche a veces no logro dormir bien.

Gerardo, Guayaquil

Respuesta: Estimado Gerardo, la separación es un evento doloroso, es una pérdida a veces inesperada, siempre no deseada, en ocasiones, provocada consciente o inconscientemente, muchas veces por causas que tienen raíces en la historia familiar y que repetimos por una lealtad ciega que hay que superar.

Publicidad

La tristeza natural producto de esta pérdida debe ser elaborada; se debe aprender a asentir con amor al hecho de la separación, de que la relación ha llegado a su fin: decir sí implica dejar de rogar, luchar, exigir o pretender algo de la otra persona. Decir sí, genera paz y permite mirar hacia lo nuevo que viene, sin quedarse atrapado en el dolor por lo que terminó.

Ante las pérdidas, la primera reacción es la negación, evadir el dolor y no querer comprender o asumir que así debía ser; la resignación es un momento de pasividad y limitación ante la vida y se corre el riesgo de asumir un estado de víctima, que no le es útil al amor ni a la vida.

Solo cuando se puede superar la primera reacción, logramos un nivel de rabia, de impotencia, de choque con la realidad, que nos lleva al verdadero momento de dolor, donde este se expresa y limpia el corazón y lo prepara para crecer y seguir. No es algo lineal ni planeado; es algo que requiere atención, estar presente en la vida de uno mismo, hacer conciencia y sobre la base de esta, reconocer lo que fue tal como fue, y asumir lo que se pudo hacer mal o bien; tomar lo bueno, agradecer; dejar lo bueno y retirar lo negativo; mirar a la pareja con respeto y amor: un amor diferente, donde se reconoce que cada uno, para seguir, debió tomar un camino diferente y el otro asentir a ello, estar de acuerdo con todo. Solo así se libera el corazón de la culpa y la manipulación emocional y la vida recobra el sentido y mira hacia adelante.

Publicidad

Lo invito a reflexionar sobre esta frase de Bert Hellinger: “Te amo… y también amo aquello que nos separa; tu camino diferente, tu destino, tu final anticipado… Estoy de acuerdo con todo”. De ser necesario, busque la ayuda que requiere para sanar.

Que su camino sea un camino de paz; paz que comienza en el alma de cada uno. En su propia alma.

Publicidad

Óscar Nieto Barquet, psicólogo clínico.