Ney Caisaguano Freire es un joven galapagueño que quiso hacer la diferencia para la isla donde nació. Sin ningún alarde y sin apoyo de nadie, llevó la luz al canal de Itabaca, con su propio presupuesto, ayudando de esta manera a operadores turísticos, pescadores, personal administrativo y, sobre todo, a la seguridad para la vida en el mar.