Espectáculo exótico de "El libro de la selva" en el teatro Sánchez Aguilar

No es necesario haber sido creado por lobos para darse cuenta de la falta de humanidad que se percibe hoy en la población mundial. Por ello, descubrir la esencia de lo que significa ser humano resulta un tema relevante para el director teatral Jaime Tamariz, quien está a la cabeza del musical El libro de la selva. El espectáculo tendrá siete funciones en la sala principal del Teatro Sánchez Aguilar, desde este sábado 15 de diciembre, cuando se estrena a las 17:30.“Creo que he visto todas o una parte de todas las versiones cinematográficas que se han hecho, pero creo que lo interesante de los grandes clásicos es poder plantearlos desde una visión nueva. Utilizar personajes que ya todos conocemos para articular temas de vigencia sobre el ser humano y el medio ambiente”, comenta el director que el año pasado puso en escena Cenicienta.Así, la tarea de la adaptación final recayó sobre el propio Tamariz, aunque contó con el apoyo de su equipo de la productora Daemon y, en especial, de Denise Nader. “La verdad es que lo he disfrutado, adaptar un texto siempre implica una abstracción, una búsqueda de la escénica y esa es una tarea que me gusta. Otra parte fundamental del guion es la letra y la música a cargo de Juan José Ripalda”, destaca.Para el montaje, se inspira y admite la influencia de la producción El rey león, de Julie Taymour, en Broadway. “Me interesa mucho su línea de investigación con las marionetas y la conversación con el público”, dice. “La escenografía no pretende ser realista, al contrario, usamos códigos poéticos para hablar de la selva. Por ejemplo, la selva de bambú está conformada por 15 bailarinas que mueven las varas de bambú simulando el viento”.Para la ejecución de aquellas innovadoras ideas ha contado con la colaboración de Álex Fonseca y Jessica Manzano (escenografía) y Valiana Areco (marionetas). Los diseñadores de vestuario son Isabel Ycaza y André Rangel.Montar un escenario selvático con su propia fauna no resulta sencillo en ningún escenario teatral. Para esta producción, Jaime y su equipo han decidido poner su propia marca musical a la historia original, los célebres cuentos de Rudyard Kipling. “Todas las canciones son nuevas y, al igual que la escenografía y el vestuario, están inspiradas en la cultura de la India. Pero cómo nuestras propuestas siempre son muy eclécticas, el público encontrará de todo: desde sonidos orientales hasta rap”, detalla Tamariz.El mayor desafío, sin embargo, ha sido la creación de los animales que protagonizan la historia. “Desde sus dimensiones, la interpretación, el cuerpo, la voz el vestuario y las marionetas. Es un trabajo para el que hemos realizado talleres específicos con los actores que han incluido danza afro y movimientos videográficos. Pues algunos animales como el tigre están compuestos por 3 actores. La serpiente Kaa la componen la actriz Carolina Jaume y diez bailarinas que la siguen”.Benjamín Cortés (Baloo), Noralma Reeves (Bagheera), Ludovico Maquiavelo (Sheere Khan), Claudia Camposano (Taqui) y Francisco Pinoargotti (Rey Louie) son los otros actores que completan los personajes del cuento. El equipo total supera a los 100 colaboradores.Miguel Palacios, de 24 años, debutará en su primera superproducción teatral con el rol protagonista de Mowgli. “Me gustó mucho su preparación física. Tiene entrenamiento en acrobacias y puede cantar además de ser un gran actor. Realizamos un casting y hubo mucho talento, pero Miguel estuvo estupendo y nos convenció”, comenta su director.El actor comenzó su formación artística en el desaparecido ITAE y destacó en 2014, junto a la agrupación Arrastra Teatro, cuando resultaron ganadores de la Maratón de Teatro, concurso organizado por el Sánchez Aguilar, con la obra La plaga del baile.Con este personaje, dice, ha sido muy importante poder trabajar físicamente esos matices que existen entre la animalidad y humanidad, pues si bien es un ser humano, también fue criado por lobos. “Tiene agilidad, destreza física, movimiento, a veces está en cuatro patas, a veces camina. Tiene mucha libertad y esa libertad se debe a su condición de niño. Ese fue un segundo reto: volver a ser un niño, encontrar esa ternura, ese carisma, ese positivismo e inocencia”.La dirección de Jaime Tamariz ha resultado vital, comenta Miguel, para definir las características, los gestos y la personalidad de Mowgli. “Me ha ayudado mucho su visión, que él (Tamariz) tenga muy claro qué es lo que quiere de mi personaje, me ayuda a seguir e ir borrando y descartando durante la creación del personaje. Es un proceso de probar y equivocarse y él me ha ayudado a definir qué le pongo y qué le quito. De la idea original a lo que tenemos hoy en día, se ha modificado mucho y esa es la mirada del director”.“Hay escenas muy divertidas y otras, muy emotivas. Es una obra que tiene muchos matices, más allá de tener un mensaje, demuestra todas las posibilidades de lo que significa la humanidad: mantenerse humano en medio de animales”. Entradas: Puntos de canje en el centro comercial Village Plaza, previa presentación de facturas. Su autor: RUDYARD KIPLING (1865-1936) El libro de la selva fue escrito por Rudyard Kipling en 1894, quien entonces era considerado el escritor inglés más famoso en el mundo, sobre todo por sus variadas historias breves. Sin embargo, fue su faceta como padre, la verdadera inspiración para crear los cuentos y aventuras de Mowgli.El autor escribió la obra mientras residía en Estados Unidos (Vermont) junto a su esposa, Caroline Balestier, quien entonces estaba esperando a su primera hija: Josephine. Según publicó la CNN, su primogénita recibió una copia especial de El libro de la selva con el siguiente mensaje: “Este libro pertenece a Josephine Kipling para quien fue escrito por su padre, mayo 1894”.Aunque Kipling (1865) nació en India y vivió allí hasta los seis años de edad, nunca visitó el escenario que describe en el libro. De acuerdo con la investigación ‘The Strange Ride of Rudyard Kipling: His Life and Works’, el autor alimentó el imaginario de su cuento viendo fotografías de la jungla de sus amigos Alek y Edmonia Hill y escuchó sus experiencias de ese lugar. Finalmente, decidió situar la historia en el territorio conocido hoy como Seoni, Madhya Pradesh. En 1895, Kipling escribió una secuela de la historia: El segundo libro de la selva, el cual incluía cinco historias nuevas de Mowgli y tres cuentos adicionales.Durante su infancia, fue cautivado por los cuentos de la jungla de India y sus animales. También aprendió sobre los mitos y leyendas en el idioma nativo. Después de recibir educación formal en Inglaterra durante 10 años, Kipling regresó a India donde trabajó como escritor y editor de un diario. Posteriormente, confesaría que tuvo la primera idea de El libro de la selva durante ese periodo. El autor sufría de insomnio y solía tomar largas caminatas por la ciudad hasta los límites salvajes.Eventualmente escribiría aquellas historias en forma de fábulas, diseñadas como lecciones de moral para los niños, a través de animales antropomórficos como personajes principales.Su obra ha sido comparada con Alicia en el país de las maravillas (Lewis Carroll, 1865). Ambas escritas para ser disfrutadas por niños y por los adultos, con un profundo significado y simbolismo más allá de su superficie.El texto ha sido también usado como una guía motivacional para los Boy Scouts. De hecho, fue el propio fundador de esta agrupación quien le solicitó permiso a Kipling para usar sus historias en su grupo. Además, cada líder de grupo scout recibe el sobrenombre de Akela, como el lobo que lidera la manada de El libro de la selva.La historia ha inspirado varias versiones cinematográficas, siendo la más famosa la versión animada de Disney, en 1967, quien enfatizó su musicalidad. El tema The Bare Necessities resultó nominado a un premio de la Academia. En 2016, Jon Favreau dirigió una nueva versión que dejó a un lado los dibujos animados.Algo que se pierde en la pantalla grande, sin embargo, es uno de los mayores placeres que sí ofrece la lectura de la obra original: el sonoro y casi lenguaje bíblico en que se expresan los animales de la jungla. El poder de las historias de Mowgli se potencia con la fuerza de su lenguaje descriptivo.Las historias de El libro de la selva influenciaron a toda una generación de autores, incluyendo a Edgar Rice Burroughs, quien se inspiró en el niño educado por lobos para crear su famoso personaje Tarzán. (E)

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