¡Bravo! Esa fue la primera palabra que pensé después de ver La Dama Tapada, el origen de la leyenda. Bravo por presentar una película ecuatoriana enmarcada en el género del terror y el suspenso que, aunque está basada en una leyenda tradicional, se siente muy contemporánea y real, alejada de ese mal llamado costumbrismo o realismo al que nos han sometido muchas de las cintas realizadas en este país.

La Dama Tapada no es perfecta, pero deja un muy buen sabor de boca y la esperanza de que el cine ecuatoriano puede ser actual, comercial y explorar cualquier género. Dirigida por Josué Miranda, el filme narra la historia de Elena (Michelle Prendes) que el día de su compromiso descubre que su prometido (Santiago Carpio) ha caído en un coma misterioso. Mientras indaga tratando de encontrar alguna respuesta a lo sucedido, va descubriendo la verdad de la leyenda de la Dama Tapada y por qué su prometido cayó víctima del espectro. Para esto acude a Aniel (Fabo Doja), un exsacerdote experto en exorcismos y contactos con el más allá, quien finalmente logrará que Elena entienda por qué pasó lo que pasó.

Las escenas de terror están muy bien manejadas y son un claro guiño a grandes referentes del cine de terror como El exorcista. El ambiente que se crea es tenso y angustiante, pero sobre todo creíble, provocando más de un sobresalto en el público. Aunque la cinta está contada en tres tiempos, la narración es clara y se entiende sin dificultad. Cada ida y venida del tiempo sirve para aportar más información y para ir armando el rompecabezas de la historia, porque no todo es lo que parece y hay más de un giro en la película, guardando el mejor para el final. Es cierto que a medida que transcurre la cinta, este final es un poco previsible, pero no por eso deja de ser satisfactorio.

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Los puntos flacos de la película, sin embargo, son los desbalances en las actuaciones. Los actores principales defienden aceptablemente su trabajo, sin embargo el elenco de apoyo y actores secundarios se siente y se ve amateur. Ojalá en el futuro inmediato aparezcan en el mercado nuevas caras capaces de mejorar esta situación. Con el auge que están teniendo las escuelas de actuación, el teatro y el cine esperamos que esto pronto sea una realidad.

Ese mismo guion, que por un lado tiene giros y sorpresas interesantes, también cae en uno que otro facilismo para resolver algunos de los puntos clave de la película. Y es una pena, porque en general, la historia está bien contada. Hay una desafortunada escena de sexo de más, que no resulta ni romántica ni erótica, pero en su conjunto La Dama Tapada, el origen de la leyenda merece nuestro aplauso y apoyo para que en el futuro tengamos un cine variado y cada vez mejor. (O)