No es un crimen usar negro en los días más calientes, aunque por años nos han dicho lo contrario. El secreto no tan secreto es elegir tejidos ligeros y holgados. Solo imagínese a los beduinos del desierto, nunca van ajustados. “Nosotros emitimos energía térmica. Si llevamos ropa blanca, el calor que emitimos rebota contra la tela y no puede salir”, dice a la BBC el profesor de Física Arturo Quirantes (Universidad de Granada). “Si la tela es negra, lo absorbe. Si corre brisa, esta se lleva el calor. Y es así como nos mantenemos frescos”.