La labor de llegar con alimentos a más de 53.000 familias al año en sectores de pobreza en Guayaquil se busca ampliar por parte del Banco de Alimentos Diakonía y el Gobierno nacional para extender la atención a otros sitios de Guayaquil e incluso provincias.
Ese fue el enfoque de trabajo conjunto que se planteó la tarde de este miércoles, 18 de junio, en la planta de Diakonía, en el sector de la Prosperina, norte de Guayaquil.
Diakonía, un banco de alimentos que lleva la comida a los más necesitados en Guayaquil
El Banco de Alimentos Diakonía está acreditado por la Global FoodBanking Network, una asociación que agrupa a 900 bancos de alimentos en el mundo y que contribuye a la alimentación de 20 millones de personas.
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La vicepresidenta de la República, María José Pinto, llegó con varios funcionarios para conocer con más detalles la labor del Banco de Alimentos Diakonía. Esto en medio de un fuerte resguardo de seguridad tanto militar como policial tanto en los exteriores como dentro de esa zona.
Pinto explicó que se busca trabajar en conjunto para poder alcanzar mayor cobertura de beneficiarios no solo en el Puerto Principal, sino también para otras provincias.
“El trabajo en conjunto es lo que nos llevará a sacar a este país. Este maravilloso proyecto trabaja de la mano de la Secretaría de Ecuador Crece sin Desnutrición Infantil y de la mano con la empresa privada”, expresó ella.
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Añadió que hay que trabajar muchísimo en ampliar en otras zonas de Guayaquil y traspasar el conocimiento a otros bancos de alimentos que están en otras ciudades del Ecuador.
Mauricio Ramírez, vicepresidente del Banco de Alimentos Diakonía, explicó que lo primordial es seguir ayudando a personas en condición vulnerable que no tienen para comer.
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Él detalló que actualmente trabajan con 120 fundaciones activas, que por medio de logísticas independientes se coordina y distribuyen los alimentos para que lleguen a los beneficiados.
Una de las beneficiadas fue Ginger Ramírez, quien acude a la iglesia Huerto de los Olivos, ubicada en Paraíso de la Flor.
“Me dan la comida de lunes a viernes, el desayuno y almuerzo para mí y mis dos hijos, una de 5 años y otro de 6 meses. Esto representa una ayuda para mí porque yo no trabajo”, expresó.
Asimismo, otros ciudadanos beneficiarios de este programa indicaron que esta es una ayuda enorme y que sí es correcto que se replique en otros sectores de Guayaquil y del Ecuador.
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“Aquí recibimos talleres de cómo aprovechar los alimentos, a elaborar productos. Siempre es importante saber, aprender para poder sustentarnos”, comentó Manuela López, otra de las beneficiarias. (I)