El olor fétido que emanan las lagunas de oxidación ubicadas en el sector de Samanes, a un costado de la autopista Narcisa de Jesús, sigue generando malestar en las personas que habitan en los alrededores de estas lagunas de aguas residuales. El ambiente nauseabundo se percibe además cuando se pasa por esta vía, por lo que los efectos lo sienten también cientos de conductores y ocupantes de vehículos.