“A los 15 me hice de compromiso. Éramos unos muchachos, inmaduros. Al principio todo parecía bien, pero desde que empezó a fallarme, a ser infiel, comenzaron los maltratos: insultos, golpes, latigazos”, recuerda Isabel, de 51, quien lamenta haber soportado violencia en su hogar por 20 años.