Pablo Carpio todos los días espera a su hija, que regresa del colegio, en la esquina de la calle Pío Jaramillo de la cooperativa Guayaquil Independiente, en el sur de Guayaquil. Desde hace unos tres meses sale a las 16:00 y se para en ese sitio aproximadamente por 30 minutos. “Aquí espero a que pare el bus y deje a mi hija. Luego caminamos juntos a casa para que no la asalten”, comentó.