Como si hubiera salido de una viñeta de Quino para caminar por la ciudad hecha realidad, Mafalda, la niña que cuestiona al mundo con humor y ternura, visitó Guayaquil. Lo hizo acompañada de quienes mejor la conocen: los suscriptores de EL UNIVERSO, diario que desde los años 80 ha sido casa de sus tiras cómicas.
Las razones por las que se replica a Mafalda
La travesía se inició en el parque Seminario, donde la pequeña de cabellera negra fue recibida con entusiasmo. Lucía un vestido celeste adornado con estrellas, en honor a los colores de Guayaquil. Desde allí, la escultura –creada por el artista argentino Pablo Irrgang– recorrió puntos icónicos de la ciudad hasta llegar al mirador de Bellavista.
“Sentí que caminábamos con una amiga de toda la vida”, dijo Mirna Isabel Gallo Galarza, suscriptora de este Diario. “Fue hermoso verla tan guayaquileña, tan nuestra. Gracias por esta experiencia que guardaré con cariño”, expresó.
Mafalda recorrió Guayaquil con suscriptores de EL UNIVERSO
Irrgang, quien ha llevado a Mafalda a 17 ciudades del mundo, contó que la escultura está elaborada en resina epóxica con carga de cuarzo y pigmentos incorporados en el material, lo que la hace resistente al clima y perfecta para la interacción con el público: “No está pintada por fuera. El color es parte de la escultura misma”.
La agenda de Mafalda continúa: el 25 de julio, a las 09:00, durante las fiestas de la ciudad, el alcalde Aquiles Alvarez sentará oficialmente a Mafalda en la intersección de la avenida 9 de Octubre y Escobedo, donde se integrará al paisaje urbano de Guayaquil como embajadora eterna del pensamiento crítico y el buen humor. (I)