En la iglesia San Agustín, ubicada en el centro de la ciudad, el sacerdote Wilson Malavé presidió la tradicional celebración de la cena del Señor, en la que se realiza el lavatorio de pies. Esta es una de las actividades en el marco de la Semana Mayor o Semana Santa.

La cruz solitaria, sin su Cristo, fue testigo de este acto de humildad, de servicio, que se retomó después de dos años. Las bancas de esta sede religiosa lucieron repletas de feligreses que llegaron solos o en familia a participar del acto.

La noche de este Jueves Santo, en esta iglesia, Malavé lavó los pies de doce feligreses.

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160 párrocos y cientos de feligreses participaron en misa crismal en la Catedral de Guayaquil

Los hombres escogidos, de entre 45 y 75 años, son parte de seis movimientos de la parroquia: Juan XXIII, Camino Neocatecumenal, Voluntariado del Señor de la Buena Esperanza, Renovación Carismática, Renovación Carismática Corazón de Jesús y Misioneros Gran Río. Uno de los miembros de estas agrupaciones explicó que las doce personas fueron seleccionadas para reafirmar su fe.

Aproximadamente a 40 minutos de iniciada la eucaristía, el párroco remarcó la importancia del lavatorio como un acto de servicio. “Este era un gesto que hacían los esclavos cuando llegaba un huésped a la casa de su amo. Jesús lo hizo con sus discípulos para mostrar su humildad”, dijo el párroco luego de la lectura del evangelio.

Los asistentes participaron del lavatorio de pies que se realizó en la iglesia San Alejo. Foto: Ronald Cedeño  Foto: El Universo

Con la ayuda de un asistente, quien sostuvo una toalla y una vasija blanca, Malavé procedió a echar el agua desde una jarra dorada sobre los pies de los feligreses. Otro sacerdote realizó también la misma acción.

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En la iglesia San Alejo, ubicada en el corazón de la Bahía de Guayaquil, en cambio, la selección de las doce personas para el lavatorio se realizó durante la ceremonia religiosa. El padre Roberto Rodríguez ubicó en la parte frontal de la iglesia a los hombres que participarían de este acto de fe.

Asimismo, Rodríguez roció agua sobre los pies de los feligreses tal como habría hecho el Maestro con sus seguidores.

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Misa crismal, de la cena del Señor y visita a las 7 iglesias, las actividades de este jueves en Guayaquil, en el marco de la Semana Santa

Marina Ortega, quien asistió a la eucaristía en San Alejo, dijo que se regresa a las costumbres que renuevan el espíritu. “La pandemia nos quitó varias cosas, pero la fe está intacta y por eso venimos a adorar”, dijo Ortega, quien también aprovechó para llevar una ofrenda al santísimo.

Asimismo, Ramiro Ochoa participó de la celebración religiosa por una promesa realizada a su familia después de superar el cáncer.

La mañana de este Jueves Santo, unos 160 párrocos que forman parte de la Arquidiócesis de Guayaquil, se congregaron en la Catedral Metropolitana de la ciudad para participar de la misa crismal o de renovación de sus promesas sacerdotales. Allí se consagró el aceite de olivo con bálsamo que sirve para ungir a las personas que se bautizan, se confirman y las que reciben la orden sacerdotal y episcopal. (I)