El guayaquileño Juan Hidalgo iba agarrado de la mano de su nieto por la calle Rumichaca y Aguirre. Ambos estaban desorientados. Venían caminando desde Víctor Manuel Rendón, donde estaban esperando la línea 21 y alguien les dijo que ya los buses no pasaban por allí.
Desde este lunes, 13 de octubre, se realiza el cierre temporal de la calle Rumichaca, entre Luque y avenida 9 de Octubre, por labores de mantenimiento que implicarán el reemplazo del pavimento por hormigón rígido, además de la rehabilitación de los sistemas de aguas lluvias y residuales.
Los sistemas hidrosanitarios se encuentran operativos, sin embargo, la infraestructura de hormigón simple ha cumplido su vida útil, por lo cual se reemplazarán las tuberías actuales por nuevas de PVC.
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Esta obra tomará unos 90 días de intervención, por lo que se aplicó un plan de desvíos de 24 líneas de buses urbanos para facilitar la movilidad y reducir molestias a los conductores.
En este primer día de cierre, ciudadanos caminaban por la calle Rumichaca y Luque, junto a los trabajos de reemplazo del pavimento por hormigón rígido: “¿Y ahora por dónde pasan los buses?”, “¿dónde será el paradero”, “¿qué bus puedo tomar?”.
La acera del carril derecho en la calle Rumichaca, entre Clemente Ballén y Aguirre, se copó de ciudadanos a la espera del bus. El tráfico colapsó con el exceso de unidades que ahora viran en la calle Aguirre, como 7, 21, 55, 67, 83, 116, 84, 135, 8, 9, 10, 61, 85 y 108.
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Esto provocó que vehículos demoraran entre 10 y 15 minutos cruzar solo ese tramo que se lo hacía en menos de un minuto y entre unos 30-40 tramos completos, explicó Guido Mendoza, conductor de taxi en el centro.
Otro caso fue el de Ericka, residente de Urdesa, quien dijo que acudió al Centro Cívico y de regreso tuvo que pasar por Rumichaca y todo estaba con demasiado tráfico.
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“No había forma de ir por otro lado ni usar calles alternas, todo bloqueado”, dijo ella, quien prometió que ya no iba a ingresar a esa zona central para evitar este congestionamiento.
“Mi hijo venía del sur a Las Peñas y se demoró 15-20 minutos más en llegar, pedimos que se agilice esta obra porque en esta época comercial se necesita tener fluidez de tránsito, no causar más tráfico ya de lo normal”, comentó.
Katherine, residente de la calle Aguirre, explicó que en la noche vio varios vehículos que venían de retro porque habían ingresado por la calle Luque que no tenía conos a la altura de García Avilés.
“Los conductores pueden tener un percance, algún siniestro, porque las personas desconocen del tramo cerrado y los agentes le quitan los conos ya en la noche”, explicó ella y advirtió.
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Vecinos de la calle Aguirre lamentaron la gran afluencia de vehículos y el intenso ruido de pitos y demás instrumentos del bus debido a esta medida.
“Es un intenso ruido que no se tolera, esta calle está colapsada, iremos viendo si en otros días dan más información de nuevas rutas para evitar saturación de movilidad en una sola”, explicó.
Trabajadores de los comercios aledaños indicaron que ahora les toca salir a dejar mercadería lejos del sector, debido a que se imposibilita ingresar en vehículo hasta esa zona
Uniformados de la Agencia de Tránsito y Movilidad (ATM) estuvieron en la intersección de Aguirre y Rumichaca para desviar el tránsito de buses en esa zona. (I)