Durante décadas, la camisería Stop fue uno de los puntos más importantes de venta de vestimenta para hombres en Guayaquil. En el local esquinero ubicado en Vélez y Chimborazo este establecimiento operó durante más de 60 años.
Actualmente, este local transita por sus últimos días, pues sus propietarios decidieron cerrarlo en forma definitiva.
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Rafael Sarmiento, de 89 años, es el dueño de este establecimiento comercial. Con un pequeño puesto primero, comenzó a ampliarse hasta ser uno de los más importantes del casco comercial porteño.
Yolanda Pesántez, administradora de la camisería, labora en el sitio desde hace 40 años. Ella ha visto el crecimiento de esta zona céntrica. Con nostalgia observa cómo se venden las últimas prendas de vestir en el local.
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“En los 80 todo este sector era muy movido, más que ahora incluso. Esta zona era conocida por ser de camiserías y ropa para caballero”, refirió Pesántez.
Contó que la afluencia de clientes, en esos años, era alta. “Nosotros vendíamos tanto que tocaba hacer esperar a los clientes para desocuparnos y así que entre otro grupo. Y la gente esperaba por la calidad de nuestra ropa”, dijo la administradora.
Agregó que uno de los aspectos que atraían al cliente, además de la calidad y el precio, era la atención. “En otros lados la gente se quejaba de la atención que les daban; aquí, si nos tocaba bajar una percha entera para que el cliente se vaya con una camisa, lo hacíamos con todo el gusto. Nosotros teníamos esa diferencia con los otros almacenes”, expresó Pesántez.
La administradora manifestó que la mejor propaganda que tuvieron era la que le hacían los clientes, al recomendarlos con otras personas. “Nosotros éramos el centro de mercadería para caballeros; aquí se vestía el hombre elegante, joven, el adulto, de todas las edades. Siempre trabajábamos sobre tallas y con buenas fábricas”, dijo.
Incluso, contó que uno de sus asiduos clientes fue el fallecido director de radio Cristal, Carlos Armando Romero Rodas. “Venían abogados, jueces, profesionales, por la calidad de nuestro producto y porque los precios no eran muy elevados”, contó Pesántez.
Con el auge de los centros comerciales, la zona fue perdiendo protagonismo. No obstante, el flujo de clientes no decayó en un alto porcentaje en la camisería Stop.
Por la pandemia de COVID-19, el almacén cerró durante varios meses. Luego intentó reactivarse.
“Los dueños decidieron cerrar el almacén por varios motivos. Por eso comenzamos a liquidar la mercadería desde el 8 de abril”, manifestó Pesántez.
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Actualmente, en el sitio se ofrecen descuentos de hasta el 60 % en diversas prendas. Clientes como Saúl Olivo lamentan el cierre de este establecimiento. Él compró dos camisas la tarde del viernes 6.
“Es un local tradicional. Aquí venía mi abuelo, me traía cuando era pequeño. Da mucha pena, porque también me trae muchos recuerdos de mi infancia”, contó el ciudadano.
“Ahora que estamos en la liquidación han venido muchos clientes. Unos han llevado (prendas) por tener recuerdos, otros porque se lamentan de que es un almacén de tantos años, otros por ser clientes de toda la vida; más que sea una corbata se han llevado para tener de recuerdo. Muchos se han lamentado del cierre del almacén”, manifestó Pesántez.
La camisería aún trabaja con una caja registradora que data de más de 50 años. “Es una reliquia, varias personas ya nos han pedido que la vendamos”, contó Pesántez.
La administradora indicó que para octubre el local ya estará cerrado totalmente, pues ya queda menos del 30 % de su mercadería en perchas. (I)