Marcela es abanderada del Colegio Fiscal Otto Arosemena Gómez con un promedio de 9,83/10. Quiere estudiar la carrera de Contabilidad y Auditoría, mas el resultado preliminar que obtuvo en el examen Ser Bachiller le genera incertidumbre de que el puntaje le alcance para acceder a un cupo en la Universidad de Guayaquil.

¿Qué les queda a estudiantes como ella y muchos otros, cuyo nivel de acierto en las 120 preguntas de la evaluación oscila entre el 40 % y 60 %?

La joven no es gustosa de esperar un año, a una nueva convocatoria del Ser Bachiller, para mejorar el puntaje. Carmen, su madre, dice que tampoco tiene los recursos para matricularla en una universidad privada.

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“Tantos años que ella se ha esforzado, y yo como madre he estado pendiente de su esfuerzo, para que en un día todo lo tiren al piso. No es justo”, dice Carmen, quien respalda el pedido de su hija y de muchos otros estudiantes de que se anule el examen y se lo reprograme por anomalías detectadas durante el proceso.

De esta evaluación que en la Costa se aplicó a 257 128 personas, entre estudiantes y graduados anteriormente, se desprende el 60 % de la calificación para postular a la universidad pública. El 40 % restante sale del récord académico.

Para graduarse como bachiller la prueba representa el 30 % de la nota final, el otro 70 % se obtiene del rendimiento estudiantil desde octavo hasta décimo curso y de la suma de los tres años del bachillerato.

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En los 120 ítems del examen, que se califica sobre 1000 puntos y tiene cuatro campos (Matemáticas, Lenguaje, Ciencias Naturales y Sociales), Marcela obtuvo 64 aciertos, a pesar de que se preparó previamente.

El proceso ha sido cuestionado, porque los alumnos afirman que los contenidos de la evaluación no corresponden a lo aprendido durante su vida académica. Los estudiantes sostienen que el examen tampoco reflejó los temas que ensayaron en simuladores, incluso en el oficial del Instituto Nacional de Evaluación Educativa (Ineval).

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Las denuncias de que los temas de la prueba se filtraron y que eso favoreció a unos grupos sobre otros fueron el detonante de un malestar en aumento.

Aquello motivó un plantón en las inmediaciones del edificio público Joaquín Gallegos Lara, donde está la sede de la Secretaría Nacional de Educación Superior, Ciencia Tecnología e Innovación (Senescyt).

Esta entidad maneja la asignación de cupos a los centros superiores públicos. Producto de la protesta, padres y alumnos esperan una reunión con las autoridades para el martes 28.

Por su parte, el Ineval, instancia que aplica y diseña los exámenes, sostiene que la evaluación se ciñe al pénsum académico vigente, desde el 2016.

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Hasta el año anterior el examen correspondía a la malla curricular del 2012. Sobre la filtración de los temas, indica que la Fiscalía General del Estado ya investiga el caso para dar con los implicados.

Samuel, estudiante del Colegio Fiscal José Joaquín de Olmedo, cuestiona que siendo del bachillerato general unificado (BGU) le haya tocado responder preguntas que él considera correspondían más al bachillerato técnico (BT).

“Circuitos electrónicos, carga positiva y negativa. Obviamente las tuve que leer para saber qué estaba dando”, refiere el joven, cuyo promedio ha sido de 8,5 y que el miércoles en el examen obtuvo 52 aciertos.

“Queremos que esa prueba sea la forma y la mejor manera de demostrar todo lo que hemos aprendido. No que nos excluya del sistema educativo universitario”, enfatiza él.

‘Las preguntas valen más en primeros aciertos’

“Esta es una prueba que es capaz de estimar las habilidades del perfil de salida del bachiller, para contrastarlo contra el perfil de ingreso de la universidad. Ese es el objetivo fundamental que persigue la evaluación. Y la calificación se vuelve de segundo plano”, expresó Edwin Palma, director ejecutivo del Instituto Nacional de Evaluación Educativa (Ineval).

Con ello, el funcionario dijo que la evaluación que se aplicó entre el viernes 17 y jueves 23 de enero ya no solo toma en cuenta los aciertos, sino que está diseñada para determinar las habilidades del alumno para acceder a la universidad y, a su vez, retroalimentar el currículum que rige a nivel nacional.

Explicó que el evaluado que acierte el 30 % de los ítems demostrará que tiene las habilidades necesarias para acceder a la educación superior. Añadió que a raíz de este factor se hace una ponderación “muy baja” de los ítems siguientes.

“Ahora las preguntas valen más en los primeros aciertos, entonces, tú vas sumando los aciertos y entonces vas construyendo la habilidad. Las preguntas que más puntaje tienen son las primeras, por cada campo”, refirió el titular del Ineval.

Al ser consultado sobre el valor que tiene cada ítem o bloque del examen, él señaló que “ahorita se lo está calibrando todavía, porque tiene que responder al modelo estadístico, para que se cumpla el objetivo de construcción (de la prueba)”.

De ahí que hasta el viernes 24 de enero el Ineval no podía determinar con exactitud, por ejemplo, qué puntaje sobre 1000 representaba un examen con 64 aciertos.

“Exactamente eso es lo que nosotros vamos a informar apenas tengamos que salir ya con la calificación”, refiere Palma. Esto será el 26 de febrero.

El funcionario indicó que en promedio el puntaje global de la evaluación será de aproximadamente 785/1000, cuando hasta el año pasado esa media fluctuaba entre 695 y 700.

El Ineval trabaja con miras a diseñar exámenes para los bachilleratos técnico e intercultural bilingüe, cuyos alumnos actualmente rinden la prueba enfocada en el bachillerato general unificado.

El 99% de población escolar rindió la evaluación. En tanto, el 90% de los no escolarizados se presentó al examen.

Había días que mi hija ni dormía. La metí en cursos, nosotros somos humildes y hemos sacado plata de donde no hemos tenido, para pagarle un curso para que ella salga mejor”.Carmen Ruiz, madre de familia

El día lunes fuimos afectados, a nivel de la Costa, todos los colegios (...); por falta de cupos en la universidad los están dejando relegados, pues esa es la nota (examen) que se necesita”.Arnoldo Moreira, representante

Sabemos que nuestros hijos están preparados. Lo que queremos es un tema de equidad y de igualdad (...), al anularse la prueba todos deberían dar en un solo día la prueba”.Glenda Ramos, madre de familia

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