La copa amarilla de los guayacanes llama la atención de quienes caminan por calles principales de la ciudadela Urdesa, en el centro norte de Guayaquil.

Hace que transeúntes admiren aquella mancha brillante que contrasta con las grises ramas de este árbol, que florece en esta época de lluvias.

“El domingo estaba qué bonito, una chica se quedó mirándole, le tomó fotos de este lado y del otro”, expresa Ángel Guerrero, comerciante informal que labora en Las Monjas y Víctor Manuel Rendón, en la mitad de la hilera de guayacanes que embellece a la cdla. Urdesa.

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En Guayaquil, sobre la que cayó lluvia el sábado pasado, están floridos además los árboles de jacarandá, acacias, bototillo, entre otros, incluso el conocido como lluvia de oro. Hay ejemplares de este último en la avenida Francisco de Orellana y su cruce con Teodoro Alvarado. La flor también es amarilla.

La bióloga Natalia Molina, catedrática universitaria, especifica que el nombre científico de la lluvia de oro es Cassia fistula fabaceae. Y comenta que en Guayaquil hay predominio de guayacanes, incluso ejemplares de origen venezolano.

El ingeniero ambiental Xavier Salgado, director de la Fundación Guayaquil Medio Ambiente Sustentable, habla de guayacanes urbanos que llegan a los 10 metros de altura y de especies silvestres que superan los 20 metros.

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Recuerda que de estos últimos hay en el cantón Colimes (Guayas) y explica que el florecimiento favorece el traslado de polen de una especie a otra.

La provincia de Loja, en el sur del país, promociona el avistamiento de guayacanes en el cantón Zapotillo. Y esos paisajes amarillos los recuerdan quienes asocian sus recuerdos a lo que muestra Urdesa. Así lo sostiene Antonio Baque, otro vendedor informal de la calle Las Monjas.

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María Sánchez, habitante de las calles Cuenca y Tungurahua, menciona que respecto a otras zonas, en Urdesa ve más árboles floridos. Y con ella coincide Rosa Franco, servidora de una empresa en Urdesa, que dice disfrutar del paisaje en esta época del año.

Hay guayacanes en el parque Samanes, también de otras especies de flores blancas o de un tono pálido de violeta, que destaca en el ornato del sitio.

En la ciudadela 9 de Octubre, sur, hay un hermoso árbol de flores violetas, de tono brillante, plantado cerca de la calle Leonidas Ortega. Es un jacarandá, identifica Molina.

En la avenida Francisco de Orellana, en la zona del intercambiador de tránsito, hay acacias rojas, pero su florecimiento aún no es de proporciones. (I)

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