En la misa que presidió este lunes en el Santuario Internacional de la Madre de Dios en Aglona (Letonia), el papa Francisco anima a seguir el ejemplo de la Virgen María y no tener miedo de la ternura ni de “complicarnos” por los demás, especialmente por los que sufren, informó el portal aciprensa.com.

Ante unas 30 mil personas, el papa argentino reflexionó sobre el evangelio de San Juan en el que narra como la Virgen permanece de pie ante la cruz de su hijo. “Lo primero que señala el evangelista es que María está ‘firmemente de pie’ junto a su hijo. No es un modo liviano de estar, tampoco evasivo y menos aún pusilánime. Es con firmeza, ‘clavada’ al pie de la cruz, expresando con la postura de su cuerpo que nada ni nadie podría moverla de ese lugar”, dijo el santo padre.

De este modo, “María se muestra en primer lugar así: al lado de los que sufren, de aquellos de los que todo el mundo huye, incluso de los que son enjuiciados, condenados por todos, deportados. No se trata solo de que sean oprimidos o explotados, sino de estar directamente ‘fuera del sistema’, al margen de la sociedad. Con ellos está también la madre, clavada junto a esa cruz de la incomprensión y el sufrimiento”.

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“También María nos muestra un modo de estar a lado de estas realidades; no es ir de paseo ni hacer una breve visita, tampoco es ‘turismo solidario’. Se trata de que quienes padecen una realidad de dolor nos sientan a su lado y de su lado, de modo firme, estable; todos los descartados de la sociedad pueden hacer experiencia de esta madre delicadamente cercana, porque en el que sufre siguen abiertas las llagas de su hijo Jesús. Ella lo aprendió al pie de la cruz”. Como la madre de Dios, resaltó el papa Francisco, “también nosotros estamos llamados a “tocar” el sufrimiento de los demás. Vayamos al encuentro de nuestro pueblo para consololarlo y acompañarlo; no tengamos miedo de experimentar la fuerza de la ternura y de implicarnos y complicarnos la vida por los otros”. Mons. Janis Bulis, obispo de Rezkene-Aglona y presidente de la Conferencia Episcopal Letona, dirigió unas palabras al papa agradeciéndole su visita. “Es un evento muy grande e importante para la vida de nuestro pueblo de Dios”, dijo el prelado.

Al concluir la celebración, el papa obsequió un cáliz al obispo, como suele hacer en las ciudades que visita y agradeció de corazón a todos los que de diversa manera han colaborado en este viaje y dando un mensaje de reflexión y paz hacia los feligreses.

Escuchar la fe
Recibir y ser recibidos, construir la unidad en la diversidad, ser capaces de mirar más allá, de ver a los otros en una dignidad más profunda, como hijos de un mismo padre.

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Gratitud por la visita
“En esta ‘tierra mariana’, obsequio una especial corona del rosario: que la Virgen os proteja y os acompañe siempre”. (I)