Aunque Carmen B. negó que conocía de los aparentes abusos sexuales que su esposo cometió contra sus hijas y su nieta, un documento de la fiscalía del cantón Pasaje refiere que ella compareció en el 2010 frente a una denuncia que ya se tejía contra su pareja.

En ese año, ella pidió que se realizaran todas las diligencias del caso para determinar si su hija menor de edad, en ese entonces, había sido víctima de abuso por su pareja.

Según la instrucción fiscal 1124-2010, la menor sufrió constantes abusos desde los 11 hasta los 14 años. Según los datos, su padre usaba la fuerza y bajo amenazas le prohibió hablar ante otras personas.

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El fiscal del cantón Pasaje, Wilson Cuenca, está a cargo de la investigación de este caso que fue denunciado en octubre del 2010.

“Existe la pericia ginecológica que sufrió abuso sexual desde los 11 años hasta los 14 en el sitio Pejeyacu del cantón Chilla, existe el testimonio de la menor y también la madre que tuvo conocimiento”, dijo.

La menor comentó, en su versión, que la violación ocurrió cuando estaba acompañando a su padre, ahora de 55 años, a labores del campo. Estos mismos actos se repitieron aparentemente por varias veces.

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Por ello se maneja la tesis de que estos hechos de violencia sexual al parecer tuvieron el consentimiento de la esposa del presunto violador.

Al hombre, detenido el domingo, se le imputa también la violación de otra hija y del abuso de su hija nieta, que está embarazada.

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La denuncia del 2010 se originó luego de que profesores del colegio Vicente Maya sospecharon de la situación e intervinieron para denunciarlo.

“El parte policial recoge datos que aseguran que habría procreado hijos luego del abuso a sus dos hijas y una hija nieta que está embarazada”, agregó el fiscal, que solicitó el llamamiento a juicio para presentar todas las pruebas en contra del detenido.

Agregó que en la Fiscalía de Pasaje solo existe una denuncia en contra del padre, que podría afrontar una condena de hasta 30 años de cárcel. (I)

Escondido
Campo

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Poco sociable
El hombre acusado de violar a hijas vivía con ellas en el sector de Cerro Azul en precarias condiciones. Moradores de la zona dicen que era un sujeto poco sociable, que tenía un carácter fuerte.