Leticia A., de 41 años, fue la primera persona en contestar las 160 preguntas del examen Ser Bachiller, en menos de las 3 horas de plazo. Ella fue la primera transexual en rendir esta prueba en la jornada que se realizó en el Centro de Rehabilitación Social de Mujeres de Guayaquil, en el km 17 de la vía a Daule.

Ella se mostró orgullosa y nerviosa a la vez. Con sus manos se daba calor en los brazos, ya que estaba “helada” de la tensión por saber su calificación.

Esta PPL fue una de las 20 privadas de libertad que rindió ayer el examen. En total eran 52 las participantes en esta prueba. Ellas ingresaron por la campaña Todos ABC, que consiste en un bachillerato intensivo que ofrece el Ministerio de Educación.

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De esa cifra, unas 16 mujeres que cumplen libertad condicional (usan grillete sin estar recluidas) dan el examen en el colegio Alejo Lascano.

Asimismo, en el Centro de Rehabilitación Social de Varones hubo 31 participantes en esta jornada; y en el Centro de Rehabilitación Social Regional 8, 33 postulantes.

Juan Rosales, director zonal de apoyo, seguimiento y regulación, explicó que las pruebas se iniciaron el martes y finalizan hoy para quienes llegan por medio del bachillerato directo.

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Para mañana y el domingo, rendirán el examen quienes hayan tenido su título de bachiller en periodos lectivos anteriores. Mientras, el lunes 29, estudiantes con discapacidad podrán acceder a esa prueba.

Ese cronograma se aplica para hombres y mujeres que deseen dar el examen que les brinda un cupo en la universidad.

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Ayer, hubo dos turnos. Leticia acudió al de las 08:00. Antes que ella saliera de su grupo conformado por nueve personas, otras reclusas repasaban en una aula. Allí estaba Marisol P., de 37 años. Ella convocó a que las otras diez mujeres se reúnan a hacer una oración.

“Que se alejen de nosotras los nervios y la ansiedad, Señor, permítenos reflejar nuestro conocimiento”, dijo mientras oraban agarradas de las manos.

Tanto Leticia como Marisol expresaron que sus prácticas para dar este examen han sido difíciles, pero constantes.

“Los profesores nos ayudaron, pero cuando teníamos que estudiar en la celda teníamos problemas de concentración porque a otras reclusas no les interesa y no querían vernos estudiar”, recordó Leticia.

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Reclusa de 52 años busca licenciatura

Un anhelo firme
Úrsula fue una de las más entusiasmadas en dar la prueba Ser Bachiller. Su sueño es ser licenciada en Enfermería. A sus 52 años ese anhelo no desvanece. Es más, se ha incrementado, pues dentro de la cárcel pudo culminar sus estudios de bachillerato y ahora desea concretar la futura obtención de su título tras estas pruebas. Ella es madre de cuatro jóvenes, y abuela de ocho niños. Dijo que fue madre soltera a temprana edad y que eso coartó la posibilidad de finalizar sus estudios secundarios. Ahora tiene previsto salir de la cárcel en septiembre y retornar a su natal Machala para reencontrarse con su familia y seguir con sus sueños. “Esta es una prueba de que en la cárcel no solo hay gente mala, delincuentes. Hay mujeres que queremos seguir adelante”, expresó la mujer. (I)