Los viajeros estadounidenses acaban de perder una protección que ni siquiera llegó a entrar en vigor. El Departamento de Transporte bajo la administración Trump suspendió una norma que obligaba a las aerolíneas a pagar hasta 775 dólares en efectivo a los pasajeros cuando los vuelos sufrieran retrasos o cancelaciones por culpa de la propia compañía, como fallas mecánicas o falta de personal.
Aerolineas como United, American, Southwest, Delta, JetBlue y Frontier respaldaron la medida argumentando que los costos operativos se dispararían y terminarían encareciendo los boletos.
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Ahora cada aerolínea decide cuándo y cómo compensar a sus clientes, apunta el sitio web Travel And Tour World.
¿Por qué suspendieron la regla que beneficiaba a los pasajeros?
La regla original, diseñada durante la administración Biden, buscaba estandarizar las compensaciones en un sector donde cada compañía maneja las disrupciones a su manera.
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Sin ella, los pasajeros quedan a merced de políticas que varían drásticamente entre aerolíneas. United y American ofrecen reembolsos y nuevas reservas, junto con vales de comida en algunos casos, pero no dinero en efectivo.
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Southwest mantiene su sistema de cambio de vuelos y vales, mientras que JetBlue anunció que a partir de 2026 dará puntos en lugar de efectivo por interrupciones.
Frontier y Delta tampoco garantizan compensación automática en dinero, le darán prioridad a soluciones alternativas como hospedaje o reubicación en otros vuelos.
El contraste con Europa es brutal. Allá, la regulación EC 261/2004 garantiza hasta 600 euros por retrasos o cancelaciones causadas por las aerolíneas.
En Estados Unidos, con esta suspensión, los pasajeros dependen de la buena voluntad de cada compañía.
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La administración Trump sostiene que el mercado libre debería determinar la compensación y que las regulaciones aumentarían los precios, pero grupos de defensa del consumidor advierten que la falta de reglas claras deja a los viajeros sin transparencia ni rendición de cuentas.
Con el Departamento de Transporte de Estados Unidos considerando otros cambios regulatorios, los pasajeros tendrán que estudiar bien las políticas de cada aerolínea antes de volar.
(I)
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