La carrera por la invisibilidad aérea acaba de cambiar de jugador principal. Científicos chinos crearon un revestimiento más delgado que una hoja de papel que resiste temperaturas de hasta mil grados Fahrenheit y absorbe ondas de radar sin agregar peso a las aeronaves.

Este caza de 1,7 billones de dólares era un supuesto fracaso de Estados Unidos, hoy suma 5.000 horas de vuelo sin incidentes

El material, desarrollado por equipos de la Universidad de Pekín y la Universidad de Ingeniería de Harbin, mide apenas 0.1 milímetros de espesor pero combina flexibilidad, resistencia y capacidad para hacer que los aviones desaparezcan de los sistemas de detección enemigos y los convierta en “fantasmas”, explica el sitio web Interesting Engineering.

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Nuevos aviones de combate fantasmas

De acuerdo con el citado medio, cuando lo sometieron a pruebas extremas con flujo de aire a 200 metros por segundo, el material perdió menos del un por ciento de su capacidad de absorción.

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El secreto está en una membrana hecha de grafeno depositado sobre fibra de sílice, que después recibe un tratamiento láser para convertirla en una “metasuperficie” capaz de manipular cómo las ondas interactúan con ella.

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Los investigadores liderados por Cui Guang y Liu Zhongfan probaron el material calentándolo a 600 grados en aire abierto durante cinco minutos y a mil grados en condiciones de vacío.

El resultado sigue siendo funcional. Según su estudio publicado en Advanced Materials el 14 de octubre, integrar esta tecnología en la capa de aislamiento térmico de un avión puede reducir el reflejo del radar a -42 decibeles sin modificar la estructura de la nave.

Los usos potenciales van desde cazas furtivos y drones hasta plataformas hipersónicas y satélites expuestos a condiciones térmicas extremas.

El avance llega en un momento donde Estados Unidos enfrenta problemas serios con sus propios recubrimientos furtivos. Los cazas F-22 Raptor y F-35 Lightning II usan pinturas absorbentes de radar frágiles y difíciles de mantener, que se pelan y corroen con facilidad.

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Las fotos de un F-35C corroído a bordo del USS Carl Vinson en julio mostraron qué tan vulnerables son estos recubrimientos al agua salada y la humedad. El costo de mantener un F-35A alcanza los 28 mil 500 dólares por hora de vuelo, en parte por estas exigencias de mantenimiento.

Observadores en la Feria Aérea de Changchun 2025 notaron que la superficie del caza furtivo chino J-20 luce más duradera y fácil de mantener que la de los aviones estadounidenses.

(I)

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