Si te ha pasado que alguna vez te sientes molesto o irritado al escuchar a alguien masticando es probable que experimentes misofonía, un trastorno “en el que ciertos sonidos desencadenan reacciones emocionales o fisiológicas que algunas personas podrían percibir como irrazonables dadas las circunstancias”, según describe WebMD.

A esta afección también se le llama síndrome de sensibilidad selectiva al sonido y quienes lo padecen pueden “describirlo como cuando un sonido ‘te vuelve loco’”, pero no es propiamente un problema de la audición.

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La misofonía puede causar reacciones negativas ante ciertos sonidos. Foto: Freepik.

En otras palabras, la misofonía no es “que alguien mastique mal”, sino que ciertos ruidos actúan como detonantes internos para quien la padece, generando desde irritación hasta auténtica rabia o disgusto.

Un reciente estudio que investiga la misofonía alerta sobre los posibles vínculos entre la audición, la emoción y la cognición, reseña Science Alert.

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¿Qué causa la misofonía?

Desde Kids Health se indica que este trastorno cerebral es más frecuente en las mujeres y no tiene cura, pero se puede sobrellevar con terapia psicológica y otras estrategias.

Las causas de la misofonía no están claras, aunque hay quienes la asocian a la estructura del cerebro y sus conexiones, donde las áreas “encargadas de procesar los sonidos y la respuesta de lucha o huida no se comunican correctamente entre sí”. Pero también puede ser el resultado de una interacción entre factores neurológicos, genéticos, psicológicos y de aprendizaje, explica la citada página web.

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El estudio al que hace referencia Science Alert sugiere que a las personas con misofonía les puede resultar más difícil alternar entre la información emocional y la no emocional, una habilidad conocida como “flexibilidad afectiva”.

En dicha investigación se evaluaron a 140 adultos con edad promedio de 30 años con síntomas de misofonía quienes completaron una tarea de memoria y flexibilidad afectiva, que incluía tareas de memoria y emocionales utilizando imágenes en lugar de sonidos.

Según el cuestionario, quienes experimentan una misofonía más grave también mostraron una mayor tendencia a la rumia, es decir el estancamiento en pensamientos negativos sobre el pasado, el presente o el futuro, lo cual puede causar angustia. Por lo tanto, la rumia es un síntoma de alguna afección mental como la depresión, ansiedad o trastorno obsesivo-compulsivo.

Así que la misofonía más grave podría estar relacionada con una menor flexibilidad mental ante situaciones emocionales y un mayor hábito de pensamiento negativos.

(I)

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