A los 36 años, entre quimioterapias y la crianza de tres hijos, April Fenk, una mujer de Nueva Orleans tomó una decisión poco convencional: organizar su propia despedida antes de que fuera demasiado tarde.

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Sabía que el cáncer cervical agresivo que le diagnosticaron en 2024 no le daría tiempo para las fiestas de fin de año, así que eligió un vestido plateado brillante y convocó a 40 personas para celebrar su vida mientras aún podía disfrutarla, reseña Business Insider.

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“Me estoy preparando para no celebrar el Día de Acción de Gracias ni la Navidad este año”, mencionó.

Mujer celebra su funeral en vida

La idea, según cuenta, venía de lejos. En concreto, de una conversación casual con amigos en sus veinte, cuando todos opinaban sobre funerales y ella confesó que odiaba esos momentos donde la gente lamenta no haber dicho lo importante a tiempo.

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El diagnóstico llegó después de meses de postergar estudios por falta de tiempo. Como madre soltera trabajando largas jornadas como anfitriona en un bar, las prioridades eran otras hasta que un día sangró de forma alarmante mientras descansaba en su jardín.

Nueve meses de tratamiento la dejaron débil, con apenas 52 kilos en un cuerpo de 1.73 metros, y aunque hubo un respiro breve, el dolor en un riñón confirmó lo peor en junio de 2025, le quedaban cuatro meses y medio.

Sus hijos Ethan de 15, Eli de 11 y Ezra de 6 años, la vieron perder el cabello y tuvieron que aprender sobre la muerte con libros infantiles, pero ella quería que la recordaran como era antes de la fragilidad final.

La noche del 20 de septiembre pasado, vestida con elegancia y maquillaje impecable, escuchó cartas escritas a mano por cada invitado.

Su hijo mayor Ethan la sorprendió con un discurso espontáneo sobre lo afortunado que era de tenerla como madre, mientras otros amigos intercalaban historias emotivas con bromas sobre sus enamoramientos no correspondidos en la adolescencia.

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“Al pensar en mi muerte y en la vida que he vivido, sigo volviendo al amor”, dijo. “El placer de haber conocido y dado amor es lo que realmente importa en esta tierra”, reflexionó.

Ella cerró la velada hablando del amor como lo único que realmente importa, y aunque hubo muchas lágrimas, también risas y una sensación de paz que semanas después sigue intacta.

(I)

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