El Gobierno de Estados Unidos implementó desde el lunes, 20 de octubre, un nuevo examen de ciudadanía, más largo y exigente, que busca reforzar los conocimientos de historia y civismo de los aspirantes a naturalizarse.

La medida forma parte de una serie de reformas para hacer más riguroso el proceso de naturalización y garantizar que los nuevos ciudadanos se integren plenamente en la sociedad estadounidense.

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Examen más extenso y exigente

El nuevo test aumenta de 100 a 128 el total de preguntas posibles y de 10 a 20 las preguntas formuladas durante la entrevista. Los solicitantes deberán responder correctamente al menos 12 de ellas (60 %), manteniendo la misma proporción que en la versión anterior.

Diseñado durante el primer gobierno de Donald Trump (2017–2021), el examen fue suspendido por la administración de Joe Biden y ahora se reactiva, con un énfasis mayor en la historia de EE. UU. y el sistema político.

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Requisitos de elegibilidad más estrictos

Matthew Tragesser, portavoz de USCIS, calificó los cambios como “cruciales” y destacó que buscan garantizar que solo los solicitantes que cumplan todos los requisitos —como leer, escribir y hablar inglés y comprender el gobierno y la educación cívica— puedan naturalizarse.

Entre las medidas complementarias, USCIS ha reforzado la investigación de antecedentes, revisado estrictamente las excepciones por discapacidad y reanudado entrevistas con vecinos y compañeros de trabajo para evaluar el buen carácter moral de los aspirantes.

Enfoque en la integración y contribución a la sociedad

El nuevo examen no solo evalúa conocimientos académicos: también considera atributos positivos como participación comunitaria, historial laboral, vínculos familiares y conducta financiera responsable, incluyendo el cumplimiento de obligaciones tributarias.

Además, los funcionarios ahora pueden ampliar la definición de factores descalificadores, por ejemplo, infracciones de tránsito reiteradas. (I)