Una investigación hecha recientemente encontró que hace aproximadamente 100 millones de años, los dinosaurios machos ingresaron a una “zona de apareamiento” en Colorado, Estados Unidos y bailaron con todo su corazón para atraer a las hembras.

Científicos hallaron varias raspaduras de apareamiento preservadas en la superficies de las rocas de Dinosaur Ridge, ubicado dentro del Monumento Nacional Dinosaurio, en el condado de Jefferson. Estudios hechos previamente sugieren que estos animales regresaron a estos lugares de apareamiento en sus sucesivas temporadas de reproducción, señala Live Science.

Estos dinosaurios bailaban con el corazón para atraer a las hembras | Foto: Cortesía Getty Images

Marcas de bailes de apareamiento

Estas últimas marcas que fueron identificadas en Dinosaur Ridge proponen que varios individuos de esta especie formaron parte de exhibiciones de apareamiento allí en el período Cretácico -entre 145 y 66 millones de años atrás- y permiten clasificar la cresta con una “zona de exhibición”, según la investigación publicada el 4 de junio en la revista Cretaceous Research.

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Los dinosaurios que se cree que dejaron estas marcas fueron los terópodos, pertenecientes a los bípedos y familia de los Tyrannosaurus rex.

El autor principal de este estudio, Caldwell Buntin, señaló que aunque no tienen evidencia directa de cuál fue la especie que dejó las marcas, están seguros de que se trataba de un pequeño terópodo, cuyo tamaño podría compararse con el de un avestruz moderno.

¿Cómo era el baile de apareamiento?

De acuerdo a los investigadores, durante el ritual, estos dinosaurios se exhibían ante sus posibles parejas hundiendo sus garras profundamente en la arena, arrastrando las patas y levantando arena tras ellos. Buntin añadió que estos animales solían alternar entre ambas patas al levantar la arena y tenían distintos movimientos.

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Buntin señaló en un correo electrónico que tenían dos movimientos principales: “Uno caminando hacia atrás y otro moviéndose de lado a lado”.

Lo más interesante es que estos dinosaurios ponían el corazón en estos bailes, según el investigador principal: “Si estaban realmente emocionados, retrocedían unos pasos y repetían el movimiento, lo que generalmente borra la mitad posterior de cada conjunto de raspaduras anterior. Cuando esto ocurrió tres o más veces, algunas de estas muestran un giro en sentido antihorario, similar al paso lunar con un ligero giro”.

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“Al moverse de lado a lado, daban uno o dos pasos hacia un lado, miraban en la misma dirección y repetían sus movimientos de raspado”, continuó Buntin. “Esto suele registrarse con dos series de raspados una al lado de la otra, o una serie y media si solo daban medio paso”.

(I)

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