Tras permanecer varios meses en rehabilitación, la tortuga lora Elton tuvo una emotiva despedida el 6 de agosto cuando fue liberada en Coney Island para su regreso al océano Atlántico.
En otoño del 2024 La Sociedad Audubon de Massachusetts y el Santuario de Vida Silvestre de la Bahía de Wellfleet recuperaron a Elton, una tortuga lora que había quedado varada en la playa de Massachusetts al sufrir hipotermia o “aturdimiento por frío”, reseña el sitio web Brooklyn Paper.
Las tortugas lora sufren esta condición debido a que son especies de sangre fría y su capacidad de nadar y sobrevivir se ve afectada cuando las temperaturas del agua están por debajo de los 10 °C.
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Características de la tortuga marina lora
“La tortuga lora es la tortuga marina más pequeña del mundo”, según describe el sitio web del Servicio Nacional de Pesca Marina (NOAA Fisheries), que se encuentra principalmente en el Golfo de México, así como en el Océano Atlántico.
Se trata de una de las especies más amenazadas. Tiene características específicas que la diferencian del resto de las tortugas, como señala National Wildlife Federation:
- Cabeza triangular
- Pico ligeramente ganchudo con amplias superficies de aplastamiento
- Caparazón casi circular de color verde grisáceo en los adultos
- El plastrón o capa inferior es de color amarillo pálido a crema
- Cada aleta delantera tiene una garra
- Los adultos pesan alrededor de 45 kilos
- Su caparazón mide entre 60 y 70 centímetros de largo
De acuerdo a los expertos, la tortuga lora Elton tenía entre 3 y 5 años de vida.
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Cuando quedó varada y posteriormente rescatada fue trasladada a la Sociedad de Conservación Marina del Atlántico en Hampton Bays, Long Island.
Robert DiGiovanni, de la Sociedad para la Conservación Marina del Atlántico, y Amanda Lefton, del Departamento de Conservación Ambiental, fueron los encargados de liberar la tortuga lora en Coney Island. De hecho, Elton es la tortuga número 91 recibida en AMSEAS y el mismo número en ser liberada.
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“Las seleccionamos, las evaluamos con nuestro equipo de cuidado animal y luego, básicamente, las llevamos al médico; les damos la medicación o el alimento que necesitan”, explicó DiGiovanni.
“Intentamos que coman, les damos líquidos, las calentamos y luego progresan hasta su liberación”, añadió.
Ahora que regresa a su hábitat natural Elton lleva un pequeño dispositivo para su monitoreo y así poder obtener datos que indiquen si se encuentra bien, incluso cuando la temperatura del agua vuelva a bajar.
(I)
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