Científicos que investigan los antiguos climas antárticos descubrieron diminutos fragmentos de ámbar en sedimentos del fondo marino de la Antártida, específicamente en el área de Pine Island Bay, en la costa occidental. Este sería el primer hallazgo confirmado de la resina fosilizada en este continente.

El descubrimiento proviene de una perforación marina que se llevó a cabo con el taladro MARUM‑MeBo70, durante una expedición del buque Polarstern en 2017, menciona un artículo de la Universidad de Cambridge.

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En ese momento los investigadores recuperaron una muestra sedimentaria con una capa de lignito, o una especie de carbón suave, que al ser procesada reveló granos finos de resina fosilizada.

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El ámbar se formó por la acumulación anormal de resinas millones de años atrás. Foto: Unsplash.

¿Qué son los fósiles de ámbar?

El Museo del Ámbar explica que esta materia “es una resina fósil, producto residual de algunos árboles prehistóricos. Millones de años atrás esta resina era un fluido pegajoso” y “durante su formación inicial quedaron atrapados en su interior materiales inorgánicos y orgánicos” lo que dio paso a la transformación de un material estable y hermoso.

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Por lo tanto, los fósiles de ámbar son restos orgánicos capturados dentro de resina de árbol que se ha endurecido y fosilizado con el paso del tiempo.

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Entre todas las piedras preciosas y semipreciosas, el ámbar es la única de origen orgánico que proviene de árboles prehistóricos. Foto: Pixabay.

De acuerdo con los datos publicados en el sitio web Earth.com, el hallazgo de estos diminutos trozos de ámbar revela que hace unos 90 millones de años la Antártida tenía climas más templados y bosques de coníferas capaces de producir resina.

Aunque estos fragmentos son muy pequeños, pueden contener diminutos rastros de materia vegetal o tejido del árbol en el que crecieron. Los científicos creen que los fósiles de ámbar antárticos podrían aportar pistas químicas sobre esos antiguos árboles y el ambiente en que vivieron.

Antes de este hallazgo no se conocía ningún depósito confiable de ámbar en la Antártida por lo que se cree que se ha revelado un gran secreto de este helado continente: alguna vez fue un bosque capaz de producir resina.

(I)

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