La leyenda de un hombre de más de dos metros dirigiendo tropas en la Edad del Bronce resulta casi cinematográfico, pero los arqueólogos de Azerbaiyán acaban de confirmar que esta figura existió.
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En las llanuras ventosas de Ceyranchol, cerca de las fronteras con Georgia y Armenia, encontraron una tumba con los restos de un guerrero que medía 2,03 metros cuando murió alrededor del año 1800 a.C.
Su tumba, escondida bajo un túmulo de 28 metros de diámetro, guardaba secretos que revelan el poder y estatus de este líder militar cuya estatura lo habría convertido en una figura imponente en una época donde los hombres eran considerablemente más bajos, precisa Live Science.
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Sus dos metros de altura, posiblemente, potenciaron su autoridad natural y convirtió su presencia física en parte de su poder político y militar en las culturas de la Edad del Bronce que florecieron en esta región montañosa del Cáucaso.
Guerrero gigante de Azerbaiyán
Tal como explica el sitio web de ciencia, el descubrimiento ocurrió en la reserva histórica de Keshikchidagh, una zona llena de cuevas naturales, fortalezas talladas en roca y antiguos monasterios cristianos.
La cámara funeraria estaba dividida en tres secciones que reflejan creencias sofisticadas sobre la muerte: una contenía el cuerpo y sus armas, otra solo vasijas de cerámica, y la tercera permanecía vacía, posiblemente representa lo desconocido del más allá.
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Mədəniyyət Nazirliyi yanında Mədəni İrsin Qorunması, İnkişafı və Bərpası üzrə Dövlət Xidməti və AMEA-nın Arxeologiya və...
Publicado por Mədəni İrsin Qorunması, İnkişafı və Bərpası üzrə Dövlət Xidməti en Lunes, 14 de julio de 2025
Los arqueólogos encontraron al guerrero en posición semiflexionada, sujetando una punta de lanza de bronce de cuatro dientes, un diseño extremadamente raro en la región que confirma su rango excepcional.
Shamil Najafov, del Instituto de Arqueología de la Academia de Ciencias de Azerbaiyán, lideró las excavaciones que forman parte de un proyecto de cinco años donde más de dos mil académicos y voluntarios exploran cientos de túmulos similares.
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El ajuar funerario habla de rituales elaborados y una sociedad jerarquizada. Junto al esqueleto aparecieron adornos de bronce en el tobillo, cuentas de vidrio, herramientas de obsidiana y 12 jarras de cerámica decoradas.
Algunas vasijas conservaban huesos de animales cocinados, preparados como “comida para la otra vida”, según los investigadores.
Esta cuidadosa preparación revela que el guerrero no solo era un líder militar, sino una figura de prestigio cuya muerte requirió una ceremonia especial.
(I)
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