Más de 17 mil personas viven sin saberlo sobre un campo volcánico activo. Clear Lake, a solo 145 kilómetros de San Francisco, California, parece un destino perfecto para pasear en bote o construir una casa junto al agua.

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El lago más limpio de Estados Unidos tiene un agua tan clara que puedes beberla: es prácticamente potable y los lugareños la usan en sus hogares

Sin embargo, bajo sus aguas tranquilas y las colinas que lo rodean se esconde el Monte Konocti y todo un complejo volcánico que los científicos califican como de “alta amenaza”.

El volcán dormido en lago de California

Seth Burgess, geólogo del Observatorio Volcánico de California, citado por SFGate, lo explica sin rodeos. Es el campo volcánico más cercano a la densamente poblada Área de la Bahía, y aunque no es del tipo explosivo como los volcanes de las Cascadas, representa un riesgo real para la población local si volviera a entrar en erupción.

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El lago más alto de Estados Unidos está ubicado a 4.180 metros sobre el nivel del mar: así es la osada caminata para llegar

La última gran erupción ocurrió hace 11 mil años, algo que desde el punto de vista geológico es prácticamente ayer.

Cuando el magma surgió hacia las aguas del lago, la vaporización instantánea creó cráteres y conos de ceniza que aún se pueden ver cerca de la orilla.

Hoy, el Clear Lake State Park recibe más de 70 mil visitantes anuales, 25 millones de vehículos atraviesan la zona cada año, y dentro de sus límites operan escuelas y centros de emergencia.

Los expertos advierten que una futura erupción podría desatar flujos piroclásticos (avalanchas de ceniza y gas que viajan a velocidades de autopista y alcanzan temperaturas superiores a 815°C), bombas volcánicas del tamaño de balas de cañón, y ríos de lava que podrían sepultar infraestructura completa.

Las señales de esta fuerza dormida están por todas partes para quienes saben buscarlas.

The Geysers, la planta geotérmica más grande del mundo, aprovecha el calor volcánico subterráneo para generar el 60% de la electricidad del norte de California.

Obsidiana negra, el vidrio volcánico que los pueblos originarios convertían en herramientas, se encuentra esparcida por todo el condado en rocas del tamaño de automóviles. Incluso existe un lugar llamado Gas Hill, donde los gases volcánicos se filtran naturalmente desde el suelo.

El deshielo de los glaciares puede acarrear erupciones volcánicas más feroces y frecuentes, según investigación

Soda Springs, una piscina mineral burbujeante en la orilla del lago, se volvió tan peligrosa por la acumulación de dióxido de carbono que las autoridades federales tuvieron que cercarla tras múltiples muertes por asfixia. Como dice Leah Sautelet, gerente de servicios de emergencia del condado: “Si vives ahí, no se olvida para nada”.

(I)

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