Un hombre de Texas acababa de jubilarse después de 25 años de trabajo. Decidió celebrarlo comprando la camioneta que siempre quiso, una Ford F-100 de 1962 totalmente restaurada.
Voló hasta Iowa, inspeccionó el vehículo durante medio día, firmó los papeles un lunes de octubre y al día siguiente manejó mil 060 kilómetros de regreso a Dallas.
Publicidad
El viaje fue perfecto. Carreteras impecables, paisajes que valían la pena y gente curiosa preguntándole por la camioneta en cada parada de gasolina.
Era exactamente lo que había imaginado después de meses buscando el modelo indicado. Sin embargo, no pudo llegar a destino, reseña el sitio web Autoevolution.
Publicidad
¿Qué pasó en el viaje de regreso?
En medio del viaje, a la mañana siguiente, su esposa sugirió usar la camioneta para hacer un mandado rápido. Era su primer paseo en el vehículo recién llegado.
El aire acondicionado funcionaba bien, los interiores se sentían cómodos y todo parecía aprobar el examen familiar. Pero media hora después, al salir de un estacionamiento, otro auto los impactó.
Nadie resultó herido, pero el frente de la F-100 absorbió gran parte del golpe. Cerca de 30 centímetros de metal arrugado que probablemente evitaron algo peor.
La camioneta no fue declarada pérdida total, pero ahora está en un taller especializado esperando reparaciones. El propietario reconoce que pudo haber sido mucho más grave y mantiene una actitud optimista.
Para alguien que ama los autos clásicos, reconstruir es solo otro capítulo de la historia.
El detalle técnico más relevante del vehículo incluía un motor V8 de 4.6 litros, suspensión independiente trasera de Mustang GT, frenos de disco en las cuatro ruedas y un conjunto de mejoras modernas que mezclaban herencia clásica con comodidad contemporánea.
(I)
Te recomendamos estas noticias
- Propietario de un Cybertruck compra neumáticos de invierno y esto fue lo que Tesla le entregó: “El paquete completo cuesta $3,250”
- Es eléctrico y llega hasta 496 km/h, así es el carro más rápido del mundo que fabrica China
- En esta ciudad de Estados Unidos trituran los vehículos que participan en carreras callejeras ilegales: “Les da menos miedo la cárcel que perder su auto”