Un apasionado de la aviación, con el dinero suficiente para darse gustos inusuales, convirtió su jardín suburbano en un inesperado lugar de tributo a la Guerra Fría, luego de haber instalado allí una auténtica pieza del SR-71 Blackbird, el legendario avión espía más rápido del mundo.
La aleta, que adquirió en eBay por un millón de dólares, se encuentra clavada en una base de “cientos de libras de cemento”, para evitar que alguien trate de llevársela.
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Un anuncio tan inesperado que hacía dudar de la autenticidad
El componente fue ofrecido por el llamativo usuario “stevessupercoolstuff” en la página de venta en línea: las fotografías parecían tan sorprendentes que muchos dudaron de su autenticidad. Sin embargo, estas dejaban ver claramente el timón vertical completo, con su emblema de Lockheed Skunk Works y los distintivos de la Fuerza Aérea de Estados Unidos, además de un número identificador.
No demoró en confirmarse que pertenecía al SR-71A 61-7955, conocido como 17955, una aeronave con un gran historial operativo dentro del programa Blackbird, reseña Luxury Launches.
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Lo más llamativo fue el contraste entre la valiosa pieza de ingeniería militar que fue diseñada para escapar de misiles soviéticos a velocidades extremas y el resto de los artículos que vendía el mismo usuario, que iban desde ganchos de ganchillo iluminados hasta una medalla de Eisenhower.
Luego de finalizar la venta, en la comunidad @sr71habubrats empezaron a circular imágenes de la aleta instalada en un jardín delantero. El propietario aseguró que no escatimó en cemento porque temía que cualquier entusiasta temerario quisiera robar la valiosa pieza.
¿Qué simboliza el SR-71?
Este avión fue capaz de volar sobre los 80.000 pies y superar Mach 3.2, estableció récords de velocidad y altitud que ningún otro avión de respiración atmosférica pudo romper. Su táctica defensiva era sencilla y brutal: si detectaba un misil, aceleraba y lo dejaba atrás. Esto hace surrealista el hecho de que un fragmento de semejante máquina terminara como decoración en un jardín.
Como dato interesante, el dueño añadió a la aleta unos enormes números de dirección para facilitar la ubicación a los repartidores. De esta manera, una superficie de control retirada de uno de los aviones más veloces del planeta quedó como señalización domiciliaria. De este avión, algunas piezas terminaron en museos, otras en proyectos científicos y otra apuntando al cielo en un jardín.
(I)
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