Este lunes, Daniel Sancho, hijo del actor Roberto Sancho, ingresó a la cárcel de Koh Samui, en Tailandia, tras dictarse en su contra prisión provisional por el presunto asesinato del colombiano Edwin Arrieta.

Sancho, de 29 años, permanecerá en esta prisión al menos hasta que comience el juicio y desde ahora será sometido a un aislamiento de diez días por protocolo covid-19, periodo durante el cual solo podrá ser visitado por su representante legal.

El abogado, contratado por la familia de Sancho, hijo del actor español Rodolfo Sancho y nieto del también actor Sancho Gracia, se reunirá en la prisión con el joven el martes.

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No se espera que la familia de Sancho viaje a Tailandia de manera inmediata, debido al periodo de aislamiento al que será expuesto el joven.

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Una vez termine dicho protocolo, el juicio comenzará en una fecha indeterminada (entre semanas y meses), mientras la Policía tailandesa aún tiene nueve semanas para concluir la investigación.

‘Me tenía como rehén’

En declaraciones a EFE, Daniel renoció haber asesinado a Arrieta y se justificó diciendo que se sentía como un rehén.

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“Soy culpable, pero yo era el rehén de Edwin. Me tenía como rehén. Era una jaula de cristal, pero era una jaula . Me hizo destruir la relación con mi novia, me ha obligado a hacer cosas que nunca hubiera hecho”, aseguró Sancho durante una conversación frente a sus abogadas de oficio tailandesas y varios agentes en la comisaría de policía de Koh Phangan, donde se encuentra detenido.

Sancho está bajo custodia policial desde el viernes. Al ser preguntado si se sintió forzado por la policía a declararse culpable, contestó: “No me sentí cómodo, pero tampoco forzado”.

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“Sentí que tampoco tenía ninguna otra opción. Me tomaron pruebas de ADN y eso es todo. Eso es todo”, añadió.

Reveló que el médico se encontraba obsesionado con él y hasta lo llegó a amenazar.

“Él estaba obsesionado conmigo . Me engañó, me hizo creer que lo que quería era hacer negocios conmigo, meter dinero en la empresa de la que soy socio. Que hiciéramos cosas juntos, que fuéramos a México, Chile, Colombia, a abrir un restaurante. Pero era todo mentira. Lo único que quería era a mí, que fuera su novio”, señaló.

Sancho, que llegó a Tailandia el 30 de julio y a la isla de Phangan el 1 de agosto, relató que el cirujano colombiano decidió unirse a su viaje.

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“Cada vez que intentaba alejarme de él, me amenazaba”, añadió.

El sospechoso insistió durante la conversación con EFE en que las autoridades tailandesas le estaban tratando bien, y en “que nadie me ha pegado ni me ha hecho daño”, y reveló que había hablado durante su detención con su padre y amigos.

Sancho y Arrieta se habían conocido tiempo atrás a través de Instagram. Mientras Sancho llegó a Koh Phangan el 1 de agosto, Arrieta se encontró allí con él el 2 de agosto.

El propio Sancho reportó un día después, la noche del jueves 3 de agosto, la desaparición del colombiano en la comisaría de Koh Phangan, y comenzó a ser interrogado como sospechoso el viernes.

El código penal tailandés contempla como máximo la pena capital para delitos de asesinato, si bien, de dictarse, ésta suele ser después conmutada por la cadena perpetua. (I)