Algunos con alcohol etílico en mano, otros con viseras faciales, todos con su respectiva mascarilla sentados sobre las cruces que marcaban las bancas del Santuario de la Divina Misericordia de Guayaquil, esto con el propósito de respetar el distanciamiento. En esta ocasión, el lugar no sólo recibía a sus fieles católicos, además guardaba un lugar especial -a metros de su altar- para los músicos de la Orquesta Sinfónica de Guayaquil, quienes el pasado jueves ofrecieron su primer concierto presencial - virtual, luego de cuatro meses sin tocar juntos en un escenario.