Un búnker es su escenario. Todos intentan sobrevivir a la pandemia y aunque públicamente no sean amigos, la crisis sanitaria los une obligatoriamente, en un mismo sitio, y por tiempo indefinido. Si esta situación ocurriera en la vida real, las cámaras que permitan a toda una audiencia ser testigos de este encuentro nos recordarían la época de gloria de formatos televisivos como El Gran Hermano.