Su salida de Ecuavisa, luego de que el canal no renovara su contrato de prestación de servicios, no le ha quitado el sueño. La comunicadora y presentadora Marián Sabaté, quien guarda aislamiento en casa con su hijo Alejandro, ha encontrado en el comercio su nueva fuente de ingresos en medio de la pandemia por el COVID-19.

Su exesposo Kikín Mero, con quien recalca mantiene una saludable relación de amistad, es su socio en la venta de insumos médicos, actividad que desarrolla a través de sus cuentas en redes sociales.

“Va bien, es complicado, yo siempre he sido vendedora, toda la vida, he hecho televisión pero la parte de la publicidad me buscan en las ventas, y ahora yo veía a todo el mundo vender mascarillas, guantes y me planteé hacerlo. Esto es más estresante que la televisión”, admite sobre esta actividad que comenzó hace una semana.

Publicidad

Pruebas de COVID-19, mascarillas, guantes, alcohol son algunos de los artículos que oferta luego de cerrar los pedidos y verificar los datos de cada posible comprador. “Cuando la pegas, la pegas: o vendo comida, o vendo insumos médicos”, dice.

Sabaté admite que permanecer en aislamiento ha sido difícil por el estilo de vida al que está acostumbrada por su carrera. “Yo soy una mujer sociable, una mujer de salir, de estar con amigos, de tener una vida social, yo encerrada me muero. El otro día llamé al doctor porque pensaba que tenía un paro cardiaco, sentía el cuerpo paralizado, tenía taquicardia. Me dijo: ‘Tírese al jacuzzi, quince minutos helados y luego muerda un limón’. Cuando salí, me sentía de película, tenía un ataque de pánico”, revela.

La rubia animadora cuenta además que tanto él como su hijo se contagiaron de coronavirus. “Cuando yo me enteré de que mi hijo era amigo del sobrino del primer caso registrado en el país, llamé a una amiga para que me hicieran las pruebas, pero no se pudo. Hace pocos días me hice el examen y me salió negativo en coronavirus pero positivo en anticuerpos, o sea, ya lo tuve, soy una surviver”, dice.

Publicidad

Sabaté también afirma que los nueve meses en el programa matinal En contacto fueron una grata experiencia que la hizo recordar su época en el desaparecido espacio Aló qué tal.

Sabaté no descarta volver a trabajar en dicha estación si se diera la oportunidad. “Con una pandemia, y el primero de mayo se acaba mi contrato, no estamos para renovaciones. No soy Tania Tinoco, no soy Alfonso Espinosa, no me van a renovar si están despidiendo a todo el mundo, y la televisión y la farándula están light y online y yo no soy tecnológica, yo entiendo que soy necesaria pero no indispensable”, afirma.

Publicidad

Ahora, sostiene, está en cursos para fortalecerse en esta área. “Esto sirvió para que no sea analfabeta moderna, ya sé computación, manejo de Zoom, Skype todas las redes, no era mi fuerte”, dice.

Yo hacía contrato de tres meses por servicios prestados, porque como tenía una productora, yo trabajaba online y Ecuavisa no permite, por eso salió Jungbluth, por eso Efraín tiene problemas porque no permiten online”. (E)