Ryan Murphy tiene una clara fascinación con la máquina de sueños hollywoodense del siglo XX, tan hábil para hacer estrellas y romperle el corazón a quienes no encajaban en el molde. Entre las víctimas: Anna May Wong y Hattie McDaniel, actrices talentosas de color consignadas a hacer papeles estereotípicos, y el ídolo romántico Rock Hudson, quien tuvo que quedarse en el clóset.