La versión oficial indica que la recordada Diana, princesa de Gales falleció en un accidente de auto producto de la alta velocidad con que era conducido. Investigaciones realizadas tanto por Francia como por la Policía Metropolitana de Londres descartaron posibles conspiraciones en torno al trágico suceso del 31 de agosto de 1997. Sin embargo las teorías de que este accidente supuestamente fue planificado siguen circulando.