Brad Pitt es uno de los actores más conocidos el mundo a sus 56 años. Sin embargo, no siempre fue así.

Al final de la década de 1980 Pitt se había dado a conocer por su papel secundario en la famosa serie Dallas, pero tardaría aún muchos para ser una estrella de Hollywood.

Ese momento le llegó a inicios de los 90, cuando con su físico logro atrapar las miradas de muchas personas.

En la famosa película Thelma y Louis (1991), dirigida por Ridley Scott y protagonziada por Susan Sarandon y Geena Davis.

Justo con esta última filmó una escena que lo dejó en las pupilas de miles de espectadores.

En su papel del pícaro J.D. acompaña por una parte de la historia a Thelma (Davis) y Louis (Sarandon) y en una noche que se queda a solas con Thelma se entienden y mientras él le explica a ella como atraca negocios pequeños con una particularidad: lo hace con torso desnudo y luciendo su físico trabajado en el gimnasio.

La respuesta de Thelma es verlo con lujuria, siendo para algunos analistas la primera vez que una escena que objetiviza a alguien por su físico era mostrado en el cine desde el punto de vista de una mujer.

Obviamente acto seguido ocurre un encuentro sexual entre los dos. Al día siguiente, fiel a su estilo de vida, J.D. se va con el dinero de Thelma, que tras lo ocurrido decido junto a Louis hacer lo mismo que él y robar pequeños negocios como gasolineras.

Lo curioso es que pese a que Pitt hizo una buena audición, al principio al director Scott no le parecía apriapo al papel por ser muy joven (tenía 26). Se dice que actores como Mark Ruffalo (Hulk), Dylan McDemott (American Horror History), Robert Downey Jr. (Iron Man) fueron al casting, que al final lo ganó William Baldwin (Los Picapiedras), pero tres semanas antes de empezar a filmar renunció para protagonizar Marea de Fuego. Esa decisión le dio a Pitt el papel que lo convirtió en símbolo sexual de su generación y varias siguientes. (I)