Desde que fichó por Netflix para interpretar a la versión de carne y hueso de Geralt de Rivia, Henry Cavill no escondió en ningún momento que era adicto a los videojuegos de The Witcher. Puede que fuera por eso que puso mucho empeño en recrear uno de los momentos más icónicos para los seguidores de los videojuegos de todo el planeta.